Una de las banderas que posicionaron a Andrés Manuel López Obrador como candidato y después como gobernante, es la de “cero corrupción”, de desterrar de los puestos de poder a la llamada “mafia del poder” y no permitir que continuara administrando los recursos de los mexicanos.
Sin embargo, en Hidalgo como en otras posiciones, pareciera no terminar de cristalizarse ese sueño, porque así como en el gobierno federal existen notorios personajes marcados con el sello de esa famosa “mafia” como el caso de Manuel Bartlett señalado por los políticos de izquierda de ser el autor intelectual de la “caída del sistema” en 1988, en el estado para el 2022 al menos un par de tiradores de Morena a la gubernatura son emanados de otros partidos y no de la izquierda mexicana.
El ejemplo más emblemático de esta incongruencia morenista es el del cantante Francisco Xavier Berganza Escorza, quien ha desfilado por casi todos los partidos, principalmente de la derecha mexicana.
Incluso, en la elección presidencial del 2018, Francisco Xavier apoyó al candidato panista Ricardo Anaya, de quien presumía que era la mejor opción, por encima de Andrés Manuel López Obrador, a quien hoy dice apoyar, sólo porque le regalaron una diputación plurinominal en Morena.
O qué tal el diputado federal electo Cuauhtémoc Ochoa Fernández del Verde Ecologista, exfuncionario del gobierno de Peña Nieto y cuya administración se encuentra en la mira de la 4T; así como el senador Julio Menchaca Salazar quien antes fue diputado local por el PRI y presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Por ello, llama la atención que estos tres aspirantes, que son los más posicionados o al menos los más mediáticos de cara a la elección del 2022, comparten la coincidencia de ser externos.
Pero esto no es atribuible a otra cosa más que a la falta de liderazgos y cuadros políticos en Morena Hidalgo, la carencia de ideología, de experiencia política y de trabajo de campo, así como no contar con más estructura que la utilización de los servidores de la nación para operar programas sociales a favor de su partido.
Hoy se habla de una alternancia política en Hidalgo, pero de darse, podría concretarse de los cuadros formados en los partidos de la mafia del poder, porque al menos en Morena no existe un aspirante de peso y con el oficio político que pueda hacerles contrapeso.
Mientras en el PRI la pelea por alcanzar la ansiada candidatura parece estar reñida entre la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carolina Viggiano Austria, y el presidente municipal de Mineral de la Reforma, Israel Félix, en Morena todo apuntaría a que su candidato no saldría de las filas morenistas, sino la coyuntura política llevaría a un externo.
Pero no hay que perder de vista la advertencia que lanzó el exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez en junio pasado, de que el candidato a gobernador de Morena en Hidalgo lo elegirá el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien tendrá la última palabra.
@AlexGalvez
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