BRENDA FLORES

Graduación Vs Deserción

En los últimos días hemos visto las redes sociales inundadas de graduados, de cualquier nivel educativo, con reuniones, felices, acompañados de sus padrinos, presumiendo el certificado escolar con sonrisa de oreja a oreja y padres de familia que no ocultan su enorme orgullo.

Pero no todos tienen la fortuna de concluir sus estudios ante un ciclo escolar atípico, devastado por la COVID-19, el cierre de trabajos escolares virtuales en 2020 se repite en 2021, con el agregado de que este último periodo escolar se desarrolló en su totalidad desde casa, como fuera, ya sea virtual, a distancia o en línea.

Durante el último año escolar, las condiciones tan severas y dramáticas para muchos alumnos, los orillaron a no continuar; historias como la pérdida de familiares cercanos, quedar en orfandad, falta de empleo, no contar con las herramientas tecnológicas, dolor, hambre y pobreza se hicieron presentes.

Durante la pandemia, la deserción escolar en todos los niveles educativos es un espantoso monstruo que pese a los esfuerzos para combatirlo, no se logra abatir.

Al respecto, en la segunda edición de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) realizada por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) y publicada en abril de 2021, se revela que las principales causas asociadas a la pandemia para no continuar estudios son: que el alumno perdió el contacto con el maestro y no pudo hacer sus tareas, alguien de la vivienda se quedó sin trabajo o se redujeron los ingresos, la escuela cerró definitiva o temporalmente, carecer de computadora, otro dispositivo o de conexión a internet, por considerar que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje o que el padre, madre o tutor no pudo estar al pendiente del estudiante.

En la misma encuesta pudimos conocer que la estrategia de clases a través de la televisión “Aprende en Casa” fue poco utilizada, pues la principal herramienta digital fue el teléfono inteligente, seguido de la computadora portátil, computadora de escritorio, la televisión digital y la tablet. 

Mucho se ha dicho sobre las inmensas desigualdades sociales y económicas que se han puesto al desnudo ante la pandemia, lo cierto es que muchos padres de familia no pueden seguir sosteniendo la educación de sus hijos en esta nueva realidad y un sinnúmero de quienes están en edad de trabajar, se han insertado al sector laboral dejando de lado sus estudios.

Sin duda, en el ámbito educativo la deserción es la experiencia más dolorosa que se puede distinguir, no es presentar cifras, esto va mucho más allá, es saber que un estudiante que no continúa a lo largo de su vida tendrá menos oportunidades laborales, sociales, de desarrollo y sobre todo de realización personal frente a quienes si concluyen sus estudios.

Hablar de deserción es también pensar que desafortunadamente  el estudiante que no continúa puede estar en riesgo de explotación, de violencia, de embarazo no deseado, trabajo infantil y muchos otras situaciones que los marcan de por vida.

Lo cierto es que todavía nos queda mucho camino por recorrer en la llamada nueva normalidad, los esfuerzos tendrán que duplicarse para lograr que más estudiantes continúen con su labor educativa haciendo un frente común entre todas las instancias que interactúan.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *