En el Estado de Hidalgo tendremos elecciones para gobernador dentro de aproximadamente un año; parece mucho tiempo, pero en esta época de pandemia hemos aprendido a experimentar la diferencia entre el tiempo mecánico y el vivido, así es que lo que falta para el día de la elección a algunos les parecerá una eternidad y a otros un espacio muy breve para conseguir el objetivo que se han puesto en mente. Los seres humanos existimos en el aquí y ahora, justo en este tiempo y en este espacio, más una vez arrojados a la vida estamos en un continuo presente-futuro donde cada acción realizada nos proyecta al futuro, donde pueden cruzarse el porvenir y el devenir. La política electoral es una actividad humana transformadora del mundo a través de la cual podemos imaginar y construir un futuro posible en lugar de esperar pasivamente que nos pueda devenir cualquier cosa.
Analizando diferentes instrumentos, puedo concluir que hoy, los ciudadanos hidalguenses quieren que el próximo gobernador o gobernadora, sea una persona madura, conciliadora, honesta, que tenga la capacidad para mejorar la situación del estado, que conozca su problemática, que empeñe su palabra y cumpla con ella y que esté en condiciones de hacer cosas nuevas, que busque la novedad, otros caminos para mejorar la existencia común. Las principales demandas de la sociedad están en el terreno de lo económico, los servicios públicos y la seguridad. Les preocupa la ancestral pobreza, el desempleo y los bajos salarios; exigen que se mejore con urgencia el servicio de agua potable, el pavimento en sus calles y los servicios elementales como el drenaje, el alumbrado público y la recolección de basura entre otros.
La carrera hacia la gubernatura inicia de manera muy desigual, las pasadas elecciones generan una lectura muy clara sobre donde estamos parados. Morena y sus aliados ganaron 14 de 18 distritos locales y 6 de 7 distritos federales. Aunque en Hidalgo el gobernador Omar Fayad cuanta con una buena opinión ciudadana, su partido político, el PRI, sufre de la peor imagen en su historia, remontarla parece imposible, aceptando que la única certeza posible es la de la incertidumbre. El PAN se encuentra electoralmente derrumbado y corre el riego de convertirse en uno más de la chiquillada.
Seguramente los ciudadanos interesados en este tema ya se están preguntando: ¿quién será la candidata o candidato mejor preparado para enfrentar nuestros retos comunes? ¿qué partido o alianza partidista nos ofrece mayor garantía? Estas preguntas estarán más presentes cada día que transcurra.
Desde mi análisis, cargado de subjetividad, hoy veo solo 6 actores políticos con posibilidades de llegar a la gubernatura y hay que tenerlos en la mira, conocer sus historias, analizar sus trayectorias públicas, observar sus fortalezas y debilidades. Por MORENA, partido que inicia con una gran ventaja, veo al actual Senador Julio Menchaca Salazar, jurista reconocido; Francisco X. Berganza, quien pronto tomará protesta como diputado plurinominal; Cuauhtémoc Ochoa, actual diputado federal electo y a Abraham Mendoza, el delegado de los programas sociales del gobierno federal. Por el PRI, solo veo una rijosa contienda entre la próxima diputada federal plurinominal Carolina Viggiano y el alcalde de Mineral de la reforma, Israel Félix.
Hoy por hoy, no veo a nadie más con posibilidades reales, aunque en el trayecto muchos intentarán subirse en este tren. Haga sus pronósticos, tome partido, manifieste sus preferencias, participe, al final, cuando llegue el día de la elección los votantes diremos la última palabra. Yo quiero nutrir mi esperanza de que tengamos un gobernador que decida y busque no solo transformar, en el sentido de cambiar de forma nuestro estado, sino que se comprometa a transfondar nuestra vida común, es decir, cambiar el fondo.
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