Hidalgo ha vivido sucesos graves en las últimas semanas en lo que a seguridad y justicia se refiere y algo se tiene que hacer al respecto, urge.
Durante este mes un manifestante, Leobardo, murió después de haber sido herido por la policía estatal; una mujer, Beatriz, murió de manera extraña después de haber sido detenida por la policía municipal; un presidente municipal, Manuel, murió después de haber sufrido un atentado afuera de su domicilio y otra mujer, Margarita, murió después de que su pareja le disparó con una arma de fuego.
La tarea más importante de un gobierno es proteger la vida de las personas y sus propiedades. Si bien varios indicadores muestran que Hidalgo es uno de los estados más seguros del país, eso no quiere decir que sea un estado seguro, sólo quiere decir que somos uno de los estados menos inseguros en un país muy inseguro. Cuando un gobierno no puede proteger de manera eficiente a las personas y sus pertenencias no puede decir que está gobernando bien.
Se dice que las decisiones de los gobernantes se ven reflejadas en el presupuesto, cuando no es así sólo son palabras. Hidalgo no gasta lo necesario para darnos buenas policías y un buen sistema de justicia, en 2016 Hidalgo gastaba en seguridad y justicia el .8% de su PIB, en 2019 el 1%, si bien ha habido esfuerzo, este no es suficiente. Para tener una idea de si esto es mucho o es poco, lo que recomiendan los organismos internacionales es que un país con problemas como el nuestro debe de gastar al menos el 3% de su PIB en seguridad y justicia, otro parámetro es que entre los países de la OCDE el gasto promedio es de 1.7%. Entonces hay un problema de recursos, no se destinan suficientes.
Si se han dado cuenta he siempre nombrado a la seguridad y a la justicia juntas, esto se debe a que son dos caras de una misma moneda. Podrás tener a la mejor policía del mundo pero si tienes un mal sistema de justicia no habrá castigo para el que delinque o podrás tener el mejor sistema de justicia pero si la policía no agarra delincuentes los delitos se quedarán impunes. Deben funcionar bien juntas.
Gary Becker, uno de los mejores economistas que dio el siglo pasado, nos enseñó algo muy interesante alrededor de este tema. El usó el análisis económico para tratar de explicar qué motiva a una persona a delinquir. A los individuos nos influyen los incentivos, cuando los incentivos cambian decidimos diferente, Becker se dio cuenta de que la decisión de delinquir es, a final de cuentas, una decisión económica, el delincuente calcula los costos y los beneficios de delinquir, si los costos superan a los beneficios, no comete el delito, si los beneficios superan a los costos, decide delinquir. En México el 95% de los delitos no se castigan, esto disminuye mucho los costos de delinquir, el delincuente sabe que va a ser muy poco probable de que sea detenido y que va a ser mucho menos probable de que sea sentenciado, cometer el delito le va a ir bien. Si esto cambiara, si las instituciones funcionaran de manera eficiente, el individuo lo pensaría dos veces antes de cometer un delito. Necesitamos instituciones que funcionen.
El tener una buena seguridad y justicia tiene un gran beneficio para la sociedad, en los lugares en donde hay se vive con más tranquilidad, las personas liberan recursos (no se necesitan alarmas o los seguros tienen menor precio) y la economía es más próspera ya que las empresas buscan instalarse en lugares con mejor Estado de Derecho, donde haya más seguridad y donde se puedan resolver de mejor forma los conflictos. No quitemos el dedo del renglón, exijamos eso mínimo que tanto el gobierno estatal como los gobiernos municipales nos tienen que dar, merecemos vivir tranquilos y mejor.
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