A diferencia del Día de las Madres que tiene una fecha fija, el tercer domingo del mes de junio celebramos en México el Día del Padre, por lo que mañana estaremos de manteles largos festejando a los papás y que se extiende a abuelos, tíos, hermanos, amigos o compadres que forman parte de este gremio.
Vale la pena recordar que esta conmemoración surge en Estados Unidos alrededor de 1910 con la idea de reconocer y reafirmar el papel del papá dentro de la familia y la sociedad, en nuestro país comenzó a generalizarse principalmente en centros escolares en la década de los años 50 y se festeja con mucho menos intensidad que el Día de la Madre.
El padre de familia al igual que el papá soltero, desempeñan diversos roles dentro de la propia familia, en la sociedad y ante los hijos, el paso del tiempo ha modificado el rol casi único de proveedor para convertirse poco a poco en colaborador y parte de todas las actividades de los hijos.
Desde luego que los padres por ser el origen de la vida de los hijos generan una influencia única y determinante en ellos y son los escultores en el proceso de educación y formación, siendo colaboradores fundamentales en el ambiente escolar.
Es preciso recordar que aunque históricamente el involucramiento del papá en las actividades escolares de sus hijos es nula o mucho menor que la de la mamá, las nuevas masculinidades replantean justamente la idea de masculinidad apostando por eliminar esos roles de género perpetuados a lo largo del tiempo (como ser solo proveedores, no cuidar, mandar, etc.) y favoreciendo por ejemplo que los hombres puedan vivir y disfrutar plenamente su paternidad.
Es indiscutible que un papá que se involucra en el proceso educativo escolar de su hijo y asume la responsabilidad que le corresponde junto en el maestro, coadyuvará a que alcance los objetivos educativos ya que se ha demostrado que existe una conexión directa entre el rendimiento académico de los estudiantes y la participación activa de los padres.
Se han realizado un montón de estudios que revelan los beneficios de insertarse en la vida escolar de los hijos, por ejemplo: se habla de la disminución del absentismo; el incremento de la motivación del estudiante; ayuda a identificar necesidades; no importando la edad del alumno, se tiende a mejorar su comportamiento en el aula; se incrementa el buen desempeño del docente, y entre muchos otros, hasta se habla de que el padre se siente más feliz o satisfecho por involucrarse en esta actividad.
Como padre, siempre valdrá la pena formar parte del proceso escolar de los hijos, con buenos ojos se observa que cada vez son más los papás que buscan su lugar dentro de este ámbito y muchos otros.
Que el Día del Padre sirva para seguir reafirmando la figura referencial tan importante que el papá representa ante los hijos, luchando por disimular la brecha que considera al padre como una figura de apego secundario, que se sigan explorando los nuevos roles que involucran presencia, interacción, apego y muchos afectos más para los hijos y que con esto se logre abonar a que los papas disfruten a plenitud de su paternidad.
¡Feliz día del padre!
Deja una respuesta