Alejandro Gálvez

Reacomodos postelectorales

Se dijo y se confirmó: la elección del pasado 6 de junio fue la antesala para la renovación de la gubernatura hidalguense, porque si antes de la contienda había algunos suspirantes desatados, hoy, con mayor razón; unos preocupados, otros nostálgicos, y unos más sintiendo que quieren y pueden.

Después de la elección del 2020 y hasta hace dos semanas, los priistas tenían desbordado el ánimo, pero la misma receta que les propinó Morena en 2018 los regresó a la realidad, con la excepción de que ahora ganaron una diputación federal, dos locales y dos más en su alianza con el PAN y PRD.

La victoria morenista fue una inyección de ánimo para los suspirantes de este movimiento que pretenden suceder en el cargo al gobernador Omar Fayad Meneses, y en los siguientes días comenzará el envío de señales de quienes vieron en los resultados electorales la posibilidad de conseguir por primera vez alternancia política en Hidalgo.

Pero mientras a algunos los despertó y a otros los ha envalentonado, hay quienes siguen cuestionando los inservibles resultados electorales por el tricolor y compañía, porque independientemente del efecto López-Obradorista del que se ha hablado hasta el cansancio, las últimas tres elecciones en Hidalgo han dejado un zigzagueante reparto de posiciones, mientras Morena arrasó en 2018 diputaciones locales y federales, en el 2020 no pudo hacer gran cosa en la elección de presidentes municipales, pero ahora en el 2021 vuelve a llevarse mayorías.

De estar en la lona Morena se fortaleció, y en el tricolor sigue rondando la interrogante: ¿El PRI está movilizando a sus estructuras para ganar o para cumplir compromisos políticos? Estas son interrogantes que no surgen de la nada, surgen a partir de las cifras y del comportamiento de algunos actores.

Tan es así, que mientras en el PRI de los dos aspirantes más conocidos, ahora pareciera quedar solo una interesada en competir después de la estrepitosa caída electoral.

La otra cara de la moneda está en Morena, donde aquellos que se ganaron espacios en una rifa sienten que pueden aspirar a la máxima magistratura y sus destapes se verán conforme avancen las semanas.

En este escenario, no hay que perder de vista a la famosa “chiquillada”, esa que siempre aparece en las elecciones solo para hacer bulto en las boletas electorales, pero ahora, jugará un papel principal en la sucesión en Hidalgo, como es el caso del Partido Verde Ecologista de México, quien al menos por ahora ya tiene dos tiradores seguros: el diputado federal electo Cuauhtémoc Ochoa Fernández y el exdiputado federal, Canek Vázquez Góngora.

También hay que seguir de cerca a Movimiento Ciudadano, que fiel a su estilo de venderse al mejor postor y tras el abandono que sufrió por parte del Grupo Universidad, se dice que ya encontró nuevo dueño y en vías de construcción de su candidatura al gobierno de Hidalgo. Al tiempo.


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