Desde hace décadas los cambios tecnológicos no han dado tregua, ámbitos como la salud, la agricultura, la economía, la política, pero sobre todo la educación han dado giros radicales, y han hecho que aquellos a quienes les cuesta relacionarse con lo digital no hayan podido hasta el momento familiarizarse del todo con este importante rubro, dando paso así a los analfabetas digitales.
Uno de los efectos más significativos de la brecha digital ha sido observado en el ámbito educativo, para muestra recordemos el vídeo que se hizo viral el año pasado de un docente que frente al desconocimiento del uso de la plataforma zoom (una de las más populares para la impartición de clases) terminó en llanto, lo que nos revela la forma en que la tecnología ha tenido que dar saltos agigantados en los últimos tiempos, pero que también evidencia la manera en que tanto los docentes como los alumnos han tenido que adaptarse a una realidad que los ha golpeado rápida y contundentemente; por fortuna, sus alumnos ante la evidente frustración del maestro le ayudaron y le indicaron el proceso a seguir para que la clase continuara.
El término analfabetismo hace referencia a la incapacidad para leer y escribir, sin embargo, actualmente no sólo se requieren estas habilidades, sino que además es necesario que sean complementadas con la comprensión de la tecnología y su correcto uso, derivado de lo anterior la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) demandó hasta el 2018 la alfabetización digital inclusiva para más de 4.7 millones de mexicanos.
Entonces, ¿cómo se define el analfabetización digital? De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), este término se entiende como: “El desconocimiento de los avances tecnológicos o nuevas tecnologías, debido a que los individuos no tienen como interactuar con este tipo de herramientas y obtener mayores estudios de las mismas, lo cual se traduce al no manejo de un ordenador, del software, internet, y demás herramientas informáticas, factor que influye en el ámbito profesional, personal y social de cada persona.”
Es innegable que las generaciones recientes han vivido inmersas en esta marea digital, protagonizada por tecnología smart, lo que se debe reconocer es que no todos cuentan con la misma oportunidad de acceso, o bien con las mismas herramientas educativas para aprovechar adecuadamente el ámbito tecnológico, por lo que el analfabetismo digital y el incremento de la brecha digital no solo involucran a personas de mayor edad sino también a quienes no cuentan con las posibilidades correctas.
Es probable que la aceleración que estamos viviendo, al menos en el rubro educativo, tuviera que darse en al menos 10 años, pero desafortunadamente, la situación actual nos incentiva a dar un giro de 180° en lo que conocíamos, adaptarnos a cambios que pensamos inalcanzables y en muchos de los casos enfocarnos en la capacitación de quiénes lo necesitan, siempre con paciencia y pensando en el crecimiento personal, porque ante escenarios tan cambiantes cualquier esfuerzo por mínimo que sea contribuirá al desarrollo del futuro.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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