Jorge Romero El Faro

Sí al cambio en el manejo de los residuos 

El Faro

No es gratuito el temor que despierta en algunos vecinos el proyecto del Parque Ecológico y de Reciclaje que el gobierno federal plantea para la región de Tula. Desde hace décadas, esa zona ha sufrido los claroscuros que dejan los grandes proyectos nacionales, circunstancia que es terreno fértil para la desconfianza y el escepticismo.

El ánimo es comprensible cuando se palpan hoy las consecuencias ambientales de tener una refinería y una termoeléctrica en una misma región. O cuando se tiene que vivir con el riesgo inminente de una inundación, en una zona que recibe gran parte de las aguas residuales de la Zona Metropolitana del Valle de México.

Por eso se entiende que algunos vecinos vean con desconfianza un nuevo proyecto de gran envergadura y carácter nacional, que plantea justamente una alternativa contra tantos agravios acumulados durante décadas.

Lo paradójico es que el Parque Ecológico y de Reciclaje se inscribe en una lógica radicalmente distinta a la de los proyectos que se llevaron a cabo en el pasado, y que desde hace años tienen a la región Tula-Tepeji en una crisis ambiental que ha sido catalogada literalmente como un infierno.

El proyecto actual, impulsado tanto por la presidenta Claudia Sheinbaum como por el gobernador Julio Menchaca, plantea una solución a un problema que se ha dejado crecer durante años por administraciones que han preferido ignorarlo y porque el tratamiento de los residuos no es un tema sencillo ni tampoco políticamente rentable.

Recordemos que uno de los principales objetivos del proyecto es cerrar más de 450 tiraderos irregulares que existen en la región,  pero no para abrir un “megabasurero” como se ha difundido de manera errónea, sino para hacer un sistema formal de manejo de residuos.

Según el gobierno federal, con el proyecto se reducirían los focos de contaminación y se disminuiría la quema de basura y la filtración de lixiviados, con lo que se abonaría a la restauración ecológica de la región.

El parque no se limita al tratamiento de residuos urbanos, se integra a un plan más amplio de restauración ambiental, que incluye la construcción de colectores de aguas residuales, el revestimiento de canales y el manejo del lirio acuático en la presa Endhó.

El proyecto plantea dejar el escenario inercial actual, que pronto se volverá insostenible, para adoptar un enfoque distinto, que se inserta en el nuevo paradigma de la economía circular, en donde se busca que todo se reutilice, con la participación de las unidades productivas y con el acompañamiento del Estado.

Quien se opone al Parque Ecológico y de Reciclaje proyectado para la región Tula-Tepeji, en el fondo quiere que las cosas se mantengan igual que en el presente, es decir, bajo un escenario en el que la región se mantenga como una de las más contaminadas del mundo.

El proyecto impulsado por los gobiernos federal y estatal ofrecen un cambio de paradigma, en el que no sólo se ordenará la anarquía en la disposición de residuos urbanos, hoy bajo un modelo obsoleto de rellenos sanitarios y tiraderos clandestinos, sino que se abre la puerta a la generación de riqueza bajo el paradigma de la economía circular.

Por eso este domingo es trascendente que los vecinos de la región participen en la consulta que se realizará de 8:00 a 15:00 horas en los municipios de Tula de Allende, Tlaxcoapan y Atitalaquia, un ejercicio que por cierto era impensable en el pasado, cuando solo se imponían los proyectos sin preguntarle nada a la ciudadanía.


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