El reconocimiento público de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha animado al gobernador a ser el principal impulsor del Programa de Revocación de Mandato 25-25, que fue promesa de campaña, lo que hace unas semanas parecía inviable, pues sus allegados le advertían del riesgo que correría si acaso los electores votaran por el “no continúe”.
Hoy el escenario es distinto y Menchaca Salazar, quiere convertir a Hidalgo en el primer estado del país, que sí somete el mandato del gobernador al escrutinio ciudadano, a la mitad de su gestión, para seguir el ejemplo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, de preguntar a los ciudadanos si están de acuerdo con su trabajo o no.
A pesar de las pifias que cometen un día sí y otro también, muchos representantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), especialmente los presidentes municipales y uno que otro funcionario del poder ejecutivo estatal, en el gobierno y el partido en el poder, confían en que la ciudadanía refrendará su confianza en Menchaca Salazar y votará por la “ratificación”.
Si bien, la recolección de firmas, es un proceso lento, no sólo sus impulsores formales (Tonatiuh Herrera y Pablo Apodaca Sinsel), sino sus eventuales beneficiarios trabajan ya para que al 5 de diciembre se junten las 236 mil firmas requeridas para que el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), organice y conduzca el proceso para que el 26 de abril, la mayoría de los dos millones 360 mil electores acudan a las urnas a refrendar su confianza en el gobierno de Menchaca Salazar.
Por dinero no se preocupen. Ya el IEEH dispone de 14 millones de pesos para el proceso de recolección de firmas y para la organización del mismo ha pedido al Congreso local, recursos extraordinarios por 194 millones de pesos, que se requerirán para cubrir el PRM 25-25.
Así pues, que, el optimismo permea en el poder ejecutivo y en Morena, donde confían en que el proceso llegue a buen puerto y si acaso algo fallara, no sea culpa del gobierno y menos de Menchaca Salazar, que confía en tener de su lado la voluntad de la mayoría de los hidalguenses.
Eso sí, dice la ley de Revocación de Mandato del Estado de Hidalgo, que “para ser vinculante (la votación) se requiere una participación mínima del 40 por ciento del padrón electoral y que el voto “no continúe” logre la mayoría absoluta. Ahí está la clave.
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