El regreso a clases se ha convertido en un desafío para los estudiantes que viven cerca de la Planta Tratadora de Ahuehuetitla en Tulancingo, ya que sus desbordamientos obligan a los menores a caminar entre aguas residuales.
Esta situación genera preocupación entre los padres de familia cada inicio de ciclo escolar. La planta, construida hace 15 años, representa un problema constante, pues sus escurrimientos han vuelto el camino intransitable para los niños.
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“Tienen que meter los zapatos en los residuos”, comentan los lugareños, quienes aseguran que la única opción es que los estudiantes usen botas para sortear el lodo y los desechos.
Según el Inventario Nacional de Plantas Municipales de la Conagua, la planta tratadora de Ahuehuetitla es la única que opera en el municipio, y su agua se reutiliza para riego agrícola.

Sin embargo, el agua que corre tierras abajo erosiona el camino rural que conecta a las comunidades de San Antonio Farías y San Nicolás. “Es una planta tratadora insuficiente, por eso el agua se desborda, escurriendo en la calle y mezclándose con el drenaje”, sostuvo uno de los vecinos afectados.
El problema se agudiza con cada lluvia, ya que el agua de la planta se mezcla con el escurrimiento de la colonia Rojo Gómez, inundando el camino. Los vecinos de la zona han denunciado la situación en varias ocasiones al gobierno municipal pero el problema persiste.
Ante la situación, los padres de familia hacen un llamado a las autoridades para que revisen la planta tratadora o, si es necesario, la reubiquen, a fin de garantizar un camino seguro y saludable para los estudiantes.

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