Columna Dogma

El patriarcado hoy, como hace 100 años

Comprendo al patriarcado como un sistema complejo en el que los hombres, simplemente por serlo, accedemos más rápido a muchos privilegios, los hacemos valer y sentimos orgullo de ello. En contraste, las mujeres, para acceder a esos mismos privilegios requieren transitar caminos más difíciles.

¿Cómo me afecta a mi el patriarcado? Parece una pregunta inconveniente, si por ser hombre, yo he accedido a privilegios laborales, educativos, sociales o económicos más rápido que las mujeres de mi generación, entonces no “debería” tener queja alguna.

Sin embargo, es relevante abordar sus consecuencias y efectos porque implica la opresión propia y la de otras poblaciones. Fran Kafka en su Carta al Padre completó decenas de cuartillas dirigidas a su papá para confesarle el terror que vivió durante su infancia.

En su necesidad por mantener una comunicación con su padre y tener un vínculo significativo más allá de los apellidos, este escritor nacido en 1883 en la Praga de Checoslovaquia, nos permite ver la educación y trato recibido por su progenitor durante su infancia, situación que lo aquejó hasta su vida adulta.

Resume que, para él, el mundo se partió en tres partes: una en la que él (el hijo) es un esclavo obligado a obedecer leyes que muchas veces le son imposibles de cumplir; otra, representada por el padre dedicado a gobernar, impartir órdenes y a hacerlas cumplir; y una tercera habitada por todas las demás personas que no están obligadas a obedecer ninguna orden.

Una de las consecuencias de la educación que recibió Kafka de su padre fue “que yo evitaba cualquier cosa que me recordase a tu persona”. El escritor fue sensible para observar en su papá a un hombre frágil en lo oculto para llorar alguna enfermedad de su esposa o a resistirse a darle un abrazo a su hijo convaleciente.

En su escrito el autor enumera muchas conductas paternas que le generaron una idiosincrasia distorsionada. Su padre era la medida para todo. Ello le produjo mucha desconfianza de sí mismo y de la vida. Para el señor Kafka, las decisiones de su hijo no fueron acertadas y desdeñó su profesión de escritor.

Carta al padre de Kafka, documento de hace un siglo, es útil para identificar algunos elementos patriarcales y sus consecuencias. Elementos que no son saludables para los hombres, ni para criar a nuestras hijas e hijos, como la dedicación absoluta al trabajo, a la producción financiera o mercantil, a la obediencia ciega de mandatos que buscan la opresión en beneficio de unos cuantos.

Al redactar estas líneas escucho por coincidencia el concierto para piano No. 2-F mayor de Dmitri Shostakóvich. Siento infinita delicadeza en esta pieza dedicada por el músico a su hijo. Este compositor ruso vivió diversas controversias en su país con José Stalin, a pesar de haber sido partidario de ese régimen. A la distancia, me imagino el talento del músico como una forma de resistencia al patriarcado.

crs


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *