- Dino Madrid
Del Congreso del ‘77 a la fecha: Pablo Gómez cumple con la historia que ayudó a escribir
La política también tiene memoria, y cuando se olvida, la mentira encuentra terreno fértil. En 1977, Pablo Gómez llegó al Congreso gracias a una reforma que rompió el cerco autoritario y permitió que la izquierda —silenciada durante décadas— pudiera tener voz y representación. Esa lucha no fue por cargos, fue por principios. Y hoy, más de 40 años después, ese mismo actor político impulsa una reforma distinta, pero con el mismo propósito: fortalecer la democracia, no debilitarla.
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Algunos gritan que se quiere desaparecer a la oposición, pero lo cierto es que lo que se quiere desaparecer son los privilegios y las cuotas heredadas. Esta no es una reforma contra la pluralidad, sino contra la simulación: contra esos partidos que solo existen para cobrar prerrogativas y defender intereses que nada tienen que ver con el pueblo.
La verdadera ironía no está en que Pablo Gómez ahora reforme lo que antes se abrió. La ironía sería que, tras toda una vida de lucha por la democracia, él decidiera defender a quienes han usado las instituciones para frenar el cambio. Pero no lo hizo. Eligió seguir del lado correcto de la historia.
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Esta reforma no silencia voces, corrige distorsiones. No impone verdades, busca que todas las ideas compitan en igualdad. Si la oposición tiene fuerza, que la demuestre en las urnas. Porque la democracia no es un club exclusivo: es la voluntad libre y soberana del pueblo. Y eso, al final del día, es lo único que debería importar.
mho

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