Antiguo hospital de Tulancingo lleva dos años en abandono y sin proyecto definido

A dos años de que las autoridades de salud estatal solicitaron la desocupación del antiguo Hospital Regional de Tulancingo, las expectativas de transformar ese inmueble en un espacio de beneficio social aún permanecen en el aire. La falta de avances concretos ha dejado el edificio en un estado de abandono.

El Patronato del Hospital General de Tulancingo, que era presidido por Lorenzo Arroyo Márquez —actual rector de la Universidad Intercultural en Tenango de Doria— entregó las instalaciones a la Secretaría de Salud de Hidalgo.

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Sin embargo, desde entonces, el antiguo Hospital Regional de Tulancingo, situado en la calle Lázaro Cárdenas, en la colonia Centro, no ha sido objeto de un proyecto definido.

La Secretaría de Salud de Hidalgo ha argumentado que la reestructuración del sistema sanitario, tras la incorporación de los servicios al IMSS-Bienestar, ha trabado el plan de reactivación de este espacio.

Mientras tanto, algunos de los espacios son utilizados para oficinas administrativas de la Jurisdicción Sanitaria Regional, en condiciones que no reflejan el potencial del inmueble.

A lo largo de estos dos años, diversas propuestas han sido mencionadas por autoridades, pero ninguna ha avanzado más allá de las declaraciones oficiales.

Entre las ideas que se han planteado están la creación de un Hospital de la Mujer, un centro de atención ambulatoria, instalaciones para atención especializada en violencia familiar y sexual, así como la instalación de una empresa textil reconocida por la elaboración de peluches del Dr. Simi, que prometía generar empleos para personas con discapacidad.

También se ha hablado de la creación de una Unidad Especializada para la Prevención y Atención de la Violencia Familiar y Sexual, y hasta un centro residencial para atención a adicciones. Sin embargo, ninguna de estas propuestas ha logrado materializarse.

El edificio, que alguna vez fue símbolo de atención médica en la región, permanece en un estado de limbo, esperando un proyecto que beneficie a los habitantes de Tulancingo y que transforme ese espacio en un centro de beneficio social.


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