El debate sobre la posibilidad de una reforma electoral en Hidalgo, que aparentemente abra las puertas a las mujeres para gobernador cinco años en vez de dos, generó posiciones encontradas sobre el verdadero fondo que llevaría a los legisladores a modificar la ley para las elecciones estatales del 2028.
Los partidos políticos opositores a Morena que es mayoría en el congreso ya dijeron que no validarán una segunda modificación a la ley, al considerar que es un “retroceso y un manoseo” que no sería ninguna avance en tema paritario y tampoco democrático.
Algunas voces más insisten que detrás del planteamiento de legisladores federales y locales morenistas, no está más que un propósito enmascarado de cerrarle el paso al senador morenista Cuauhtémoc Ochoa Fernández y sus aspiraciones de ocupar el cuarto piso del edificio en plaza Juárez.
Hace 9 meses cuando inicio su periodo la LXVI legislatura, planteamos en esta columna que dos eran justamente las reformas principales que se encargaría de impulsar el actual coordinador de la Junta de Gobierno, Andrés Velázquez, una de ellas era justamente la reforma política y otra la consolidación de la fiscalía.
Es decir, no parece ser ocurrencia sino circunstancia desde que inició el actual gobierno, la modificación electoral para fortalecer la estructura legal, reducir su gasto, ampliar la participación y garantizar el acceso de los diferentes sectores a los espacios de representación, dicho de otra manera, cumplir con la llamada “paridad en todo”, que fue la escancia de la reforma constitucional del 2019.
Ahora bien, el argumento en la mesa de las morenistas que impulsan la reforma al artículo cuarto transitorio del decreto 480, es que ellas deben tener acceso a gobernar el estado cinco y no dos años, esto además empataría los procesos electorales con el calendario federal.
Sin embargo, la justificación parece débil y fácilmente impugnable ante instancias federales, sobre todo porque la homologación de procesos ya está definida para el 2030 y en el caso de la paridad, se incumpliría el acuerdo del INE/CG1446/2021, que el mismo Morena impulsó en el Consejo general del Instituto Estatal Electoral (IEEH) y que abrió la puerta para que la candidatura fuera para hombre en el 2022.
Si bien es cierto que la ley no establece con precisión que la candidatura del 2028 tiene que ser para mujer, sí el decreto aprobado que adiciona un párrafo al artículo 62 de la constitución política que señala la alternancia en las candidaturas para siguiente periodo electivo.
Hombre o mujer, 5 o 2 años, la reforma por ahora ya está en la mesa de la discusión y Morena no sólo tendría el congreso a su favor para ejecutarlo, sino ahora con las elecciones judiciales del pasado domingo hasta los organismos federales para sacar sus iniciativas sin impugnación que las ponga en peligro.
De mi tintero. Los resultados eran los que esperaban en una semana el INBE en Hidalgo confirmará que Rebeca Aladro alcanzará los 300 mil votos que se tenía calculados y que serán suficientes para meterla en la agenda de la sucesión… Por cierto, llamo la atención la convocatoria que tuvo el homenaje póstumo del expriista Jorge Márquez Alvarado en Tulancingo, que lo mismo reunió a priistas,que panista, ecologistas, morenistas e integrantes del gabinete como Miguel Ángel Tello, que parecía muy a gusto entre el grupo de los Rojo, dicen los que saben que al adn político siempre llamará…
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crs
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