La familia del médico Adrián Moya Escalera, quien se encuentra recluido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Pachuca, señaló a la directora del penal, Indira Zavala Licona, de mantener en condiciones de aislamiento y maltrato al profesional de la salud, a pesar de una suspensión emitida por un juzgado.
El caso de Adrián Moya Escalera fue presentado ante el Segundo Juzgado de Distrito en el Estado de Hidalgo, mediante un juicio de amparo indirecto (número 1010/2025-2). El 22 de abril de 2025, se ordenó la suspensión de plano de la incomunicación y el aislamiento, así como de cualquier acto que constituya tortura física o psicológica, malos tratos o vejaciones, en cumplimiento del artículo 22 de la Constitución Mexicana.
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Lo anterior derivó luego de que, desde hace casi un año, el ex director del Instituto de Ciencias de las Salud de la UAEH, permanece en una celda de castigo, cuando la sanción establecida por el consejo de disciplina era de 15 días de encierro en aislamiento.
El médico especialista en Ginecología y Obstetricia, detenido en marzo de 2023 y un año después condenado a 11 años y seis meses de prisión por los delitos de violación agravada y violencia intrafamiliar en contra de su esposa, proceso en el que se ha alegado falsas acusaciones, fue sancionado tras ser encontrado con un teléfono celular en la mano, mientras lo utilizaba como calculadora para determinar en documentos la edad de los reclusos, sin llamar a todos, en el apoyo que como profesional de la salud brindaba en el penal.
Antes de la orden de suspensión de plano, de acuerdo con sus familiares, Adrián compartía espacio con dos ex alcaldes municipales y un ex director de agua, en un espacio sin iluminación natural, con temperaturas que superaban los 40 grados. Sin agua corriente, la taza del baño sin funcionar, camas de cemento, y el pasillo entre ellas medía apenas 60 centímetros, obligando a los internos a caminar por turnos.
El padre del médico, Benjamín Moya, quien ha visitado a su hijo en varias ocasiones, relató a la Jornada Hidalgo que en las últimas semanas lo trasladaron a otra celda “aún peor”, de 1.50 metros de ancho por dos metros de fondo, con dos camas de cemento y un pasillo de solo 50 centímetros.
Además, le colocaron una taza de WC que no está conectada al sistema de agua, lo que impide que Moya Escalera pueda lavarse las manos o mantener higiene personal, lo que ha generado una situación de deterioro físico y psicológico. “Estoy tratando de comer lo menos posible para no ir al baño”. “Ir al baño cada dos días”, ha contado el interno a su padre.
La familia ha llevado el caso a las Jornadas por la Paz en Hidalgo y ha presentado un oficio al Secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, solicitando su intervención. En dicho documento, denuncian que las autoridades penitenciarias han prolongado el encierro en condiciones precarias, en contravención a la orden judicial y en detrimento de los derechos humanos del médico.
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