Mario Alfredo Espinoza Bernardini, padre de las dos niñas del caso Zimapán, interpuso un amparo por desaparición forzada en el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal de Querétaro el pasado 21 de mayo del 2025 para que le dejen ver a sus hijas.
La solicitud de protección federal, de la cual tiene copia este diario, quedó registrada bajo el expediente 608/2025 y fue publicada al día siguiente, el jueves 22 de mayo.
Sobre la razón del amparo, Espinoza explicó: “Desde hace más de tres años inicié esta búsqueda y ninguna autoridad me permite verlas o saber cómo están después de todo lo que se ha dicho de ellas a través de los medios de comunicación”.
Agregó que, hasta el momento, ni la madre de las menores, ni las autoridades involucradas en el caso, tanto federales como estatales y municipales, le han permitido conocer dónde se encuentran luego de que el 17 de junio de 2022 se inició por primera vez una carpeta de investigación en la que se les involucraba como víctimas de diversos delitos.
En medio de la búsqueda de sus hijas, Mario Alfredo también presentó una denuncia que se encuentra en la carpeta de investigación número NUC-20-2022-00203 en contra de Jacqueline T.L., mamá de las menores, y su pareja sentimental Saúl C. por corrupción de menores y violencia familiar.
Por otra parte, el 20 de abril del 2023 se presentó una denuncia por cohecho en contra de la tía y mamá de las niñas, Aylén T.L. y Jacqueline T.L., respectivamente.
Los actos obran en la carpeta de investigación número 20-2023-00124 y la denuncia fue interpuesta por Araceli Ramírez, perito en medicina adscrita a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), quien acusó que intentaron amedrentarla y sobornarla para que su dictamen, donde descartó en todo momento que hubiera lesiones de tipo sexual, fuera modificado.
Posteriormente, el 31 de octubre del 2023, el padre de las niñas también presentó una denuncia penal por mala praxis en contra del médico José Alberto B. V., bajo el número 12-2023-17981.
Espinoza expresó que espera una rigurosa investigación sobre lo que han vivido sus hijas junto a su madre y su tía, junto con sus parejas sentimentales.
Finalmente, el papá exigió todo el peso de la ley, no solo para los responsables de las agresiones en contra de sus hijas, sino para aquellas autoridades que han permitido que se les exhiba y se les siga lastimando a pesar de que hay derechos de las infancias que las cobijan, pero que nadie toma en cuenta.
“Su obligación era protegerlas desde un principio y darles un lugar seguro, pero hasta hoy nada se sabe de ellas, solo sé por la prensa que, en manos de la propia autoridad, una de ellas se ha autolesionado… otra más ha sido sometida a múltiples operaciones cuando ellas estaban íntegras y eran dos niñas completamente sanas y felices, pero que hoy viven un infierno”, puntualizó.

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