La primera de las dos marchas de conmemoración del Día Internacional de la Mujer que se realizaron en Tulancingo culminó con un fuerte mensaje de protesta por los infantes que han sido víctimas de presunto abuso sexual en la Arquidiócesis de Tulancingo.
En las escalinatas de la Catedral Metropolitana, las feministas colocaron zapatos y dibujos infantiles como símbolo de las vidas truncadas y el sufrimiento de los menores afectados.
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Durante la marcha, las participantes expresaron su indignación por el silencio que ha mantenido tanto la Iglesia Católica como el gobierno ante estos graves delitos.
Este evento marcó un hito en la historia de Tulancingo, ya que es la primera vez que se realiza una manifestación directa en contra de la iglesia católica en el contexto del 8 de marzo, sin recurrir a pintas en monumentos, como ha sucedido en otras localidades.
Las mujeres de Tulancingo, en un municipio donde el catolicismo tiene una fuerte presencia, han roto el silencio y se han unido para alzar la voz en defensa de los derechos de las víctimas.
Durante años, la participación de las mujeres en marchas había sido escasa en esta región, pero el contexto actual ha motivado a un número creciente de mujeres a salir a las calles.

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