En el corazón de Hidalgo, una joven actriz de 29 años, Xenia Carbajal Uribe, ha dedicado más de una década a las artes escénicas. Su carrera comenzó con una inquietud artística que se gestó desde su infancia, cuando participaba en actividades como danza clásica, música y pintura.
Sin embargo, fue en la preparatoria, a través de un taller de teatro y gracias al apoyo de una maestra que la inspiró, que decidió seguir el camino del teatro como profesión.
Egresada del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Xenia no llegó al mundo teatral sin preparación. Su experiencia previa en disciplinas artísticas le permitió una entrada con mayor confianza, algo que, según comenta, no todos sus compañeros compartían.
“Muchos llegaban al teatro para probar si les gustaba, sin haber tenido contacto previo con las artes”, señala.
A lo largo de estos 10 años, la actriz enfrenta tanto retos como satisfacciones en el mundo artístico, uno de los principales obstáculos, comenta, es la falta de recursos y apoyo para las artes escénicas en México.
“Muchas veces, las compañías teatrales no funcionan como empresas, lo que complica la obtención de financiamiento. Por eso, las convocatorias y becas son una gran oportunidad, aunque también generan mucha competencia”, explica.
A pesar de ello, aprendió a buscar recursos a través de colaboraciones, acuerdos con foros y estrategias de financiamiento que incluyen repartir un porcentaje de las ganancias para futuras producciones.
Además de ser actriz, asumió roles como directora y productora, destacándose en obras unipersonales y creaciones colectivas.
Entre sus proyectos más recientes se encuentra Baños de Luna, una pieza que explora el sentimiento de no pertenecer y la experiencia de los extranjeros. También adaptó cuentos de Edgar Allan Poe en un monólogo que combina elementos de la literatura clásica con la cotidianeidad infantil.
Aunque gran parte de su trayectoria se ha desarrollado en Hidalgo, ha presentado su trabajo en la Ciudad de México, Tlaxcala, Estado de México y Oaxaca. Sin embargo, reconoce las diferencias entre el público de Hidalgo y el de la capital del país.
“Las compañías teatrales no funcionan como empresas, lo que complica la obtención de financiamiento”.
“En la Ciudad de México hay más movimiento y competitividad, mientras que en Hidalgo el público no está tan acostumbrado a asistir al teatro. Aquí todavía existe más libertad para moverse”.
Actualmente, colabora con el foro Doble 9 y la compañía Bocamina Teatral, participando en proyectos como Loco Musical, una parodia política que ha tenido gran aceptación. A pesar de los desafíos, su pasión por el teatro sigue intacta, y tiene como objetivo seguir produciendo obras y fomentando el interés por las artes escénicas en su comunidad.
Finalmente, envía un mensaje a quienes sienten interés por el teatro: “Si les llama la atención, busquen y vayan al teatro. En Hidalgo, aunque a veces se piense lo contrario, hay una oferta muy rica en este arte. Mi recomendación es que se empapen de todas las posibilidades y consuman arte en general”.
Xenia es un ejemplo de dedicación y resiliencia en un medio que, aunque lleno de desafíos, también ofrece innumerables recompensas para quienes lo viven con pasión.
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