No más presos inocentes y la descalificación de las víctimas

La semana pasada Natalia Lane comunicologa, trabajadora sexual, mujer trans y víctima de tentativa de transfeminicidio, convocó a una manifestación a las afueras del Poder Judicial de la CDMX por el tercer aniversario del atentado que vivió y que sigue impune.

A pesar de todas las pruebas, hace algunos meses su agresor fue puesto en libertad y ese hecho no solo reafirma la injusticia y la violencia que Natalia sufrió tanto por su atacante como por el estado, cuyo sistema de justicia, particularmente el penal no deja de demostrarnos una y otra vez lo fallido que es.

En este contexto es que se dió la manifestación, la cual estuvo llena de rabia pero que también dejo un mensaje claro: no descansarán hasta tener justicia.

Sin embargo, a la manifestación llegó un colectivo que llamo mi atención, se llama Colectivo Nacional No + Presos Inocentes. Liderados por una mujer que no tiene miedo en expresar sus ideas antitrans, antifeministas y su fé religiosa, su plataforma busca evidenciar que en las cárceles hay miles de personas con carpetas de investigación inventadas.

En un primer momento y más allá de sus posturas políticas, podríamos pensar que tienen un buen fin. En este espacio hemos hablado de como las carceles están llenas de personas inocentes a las que les fabricaron delitos o les señalaron otros hechos que si sucedieron pero no cometieron. No obstante, este colectivo utiliza una lucha justa para liberar a verdaderos agresores, particularmente personas que han cometido delitos sexuales, de violencia familiar y femenicidio. El colectivo enuncia que las mujeres y otras personas víctimas de estos delitos, impulsadas por los feminismos, han denunciado a personas que terminaron siendo procesadas injustamente. Su discurso es muy peligroso y que por desgracia utiliza las fallas del sistema penal y las críticas a los feminismos para darse legitimidad.

La existencia de este tipo de organizaciones tiene varios responsables sociales, políticos y culturales pero si pienso que debemos mirar con mayor escrutinio la responsabilidad del sistema de justicia, que por sus profundas deficiencias, ha minado la confianza en las instituciones y crea las condiciones para que todo proceso que observamos sea puesto en duda y socialmente, aquellos procesos de denuncia, especialmente los que son iniciados por mujeres, personas trans, personas racializadas, niñes y adolescentes, personas empobrecidas sean cuestionados, desacreditados lo que nos/les revictimiza y pone en mayor vulnerabilidad.

En los vídeos se puede observar que el colectivo  puso alrededor del edificio del Poder Judicial, como queriendo protegerlo pero ¿por qué quisieras resguardar a una institución que ha aprendido de forma “arbitraria” a una persona inocente?”  Quizás y solo quizás porque ellos también colaboran con el Estado para contribuir a qué sucedan estás injusticias.


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