¿Harris o Trump? – lajornada-hidalgo-prod

A escasos días de la elección presidencial en Estados Unidos, Kamala Harris, demócrata, y Donald Trump, republicano, no han marcado serios pronósticos que los favorezcan, y solo se insiste, de acuerdo con analistas, que serán los resultados en siete estados que al final serán definitivos en el epílogo de la lucha electoral.

Se enlistan a Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Wisconsin y Pensilvania. En particular a este último lo proyectan como en el que finalmente se decidirá.

En un primer capítulo, se consideraba que los aspirantes a establecerse en la Casa Blanca eran Trump, y en relección, aún mandatario, Joe Biden, prácticamente octagenario y a quien se le advertía cansado, como presa de un padecimiento, lo que a la postre lo llevó a hacerse a un lado.

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Fue entonces que Harris tomó su lugar, respaldada por los demócratas. Nacida en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964 (recientemente cumplió 60 años) fue la 49.a vicepresidente, desde el 20 de enero de 2021 con Biden. Primera mujer en ocupar ese cargo, y en especial de ascendencia afrocaribeña tamil en Norteamérica. Antes fue senadora indo-estadounidense y también fiscal general de California.

Trump perdió las elecciones ante Biden en 2020 y promovió teorías de supuesta conspiración, infundadas sobre un fraude electoral. La Cámara de Representantes lo acusó dos veces, incluso por su papel en la incitación a una recordada insurrección el 6 de enero de 2021 en el Capitolio, esto tras su derrota.

Nació en Nueva York y se graduó en la Universidad de Pensilvania. Fue promotor inmobiliario. Tiene cinco hijos y está casado con Melania Trump. Quizá uno de los sucesos que más lo afectaron fue el ocurrido el sábado 13 de julio cuando fue figura central de un atentado en Butler, Pensilvania que para algunos lo encumbró como héroe.

Un joven de 20 años, Matthew Crooks, le disparó con un rifle, durante un acto político. La bala alcanzó una corta parte de su oreja. Minutos después el Servicio Secreto (SS) inmoló al inesperado agresor. Lo ocurrido le costó el puesto a Kimberly Cheatle, directora del SS, tras responsabilizarla de posibles fallas de seguridad.

Según las indagatorias, Crooks accionó su arma desde una posición elevada afuera de una granja agrícola en Butler, a 120 metros de distancia del templete de Trump. “Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido de disparo; inmediatamente sentí la bala atravesando mi piel. Hubo mucha sangre y entonces me di cuenta de lo que estaba pasando”, señaló Trump en redes sociales.

El atentado fue el intento más serio de asesinar a un Presidente o un candidato desde que Ronald Reagan fue baleado en 1981.

Trump, por todo lo que enfrentó en tan terrible episodio, mostró ejemplar recuperación, acorde a su fuerte carácter en que nada parece doblarlo. Joe Biden declaró poco después de hablar con el contendiente republicano que “No hay cabida en Estados Unidos para este tipo de violencia

Más adelante, el 10 de septiembre, la demócrata y el republicano sostuvieron el que a la postre fue su único debate. Kamala, de fácil expresión, lo acusó de dejar un alto desempleo, bloquear un histórico acuerdo migratorio, legar una crisis de salud pública por la pandemia y “provocar la peor amenaza a democracia de EU desde la guerra civil”.

También recordó a los votantes, sobre todo a los indecisos, que “Trump es un criminal convicto que tiene desprecio por el estado de derecho y que es un peligro para la democracia”.

El candidato fue también severo ante lo dicho por Harris y se lanzó sobre temas internacionales y la incapacidad de los demócratas para solucionarlos, principalmente Afganistán y la invasión rusa a Ucrania, además de culpar a Kamala de haber fracasado en su misión de arreglar la frontera.

Hasta ayer, no se advertía una inclinación porcentual con signos de definitiva que favoreciera a ninguno de los dos. Habrá que esperar, ya sin duda, los cómputos oficiales de elección.