El 29 de enero se elige como el Día Internacional del Mago para rendir tributo al italiano Juan Melchor Bosco Occhiena, Santo Patrono de los magos.
Don Bosco, como es mejor conocido, fue un educador, sacerdote y escritor que acercaba a jóvenes a la religión, a través de sus destrezas en el malabarismo.
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En su niñez se dedicaba a descubrir cómo los magos hacían trucos para replicarlos. Fue así que aprendió magia.
Entre los trucos que dominaba destaca atar tres trozos de cuerdas para transformarlas en una sola soga sin ataduras, con la cual explicaba el misterio de la Santa Trinidad.
Asimismo, sacar monedas de los oídos y cambiarlas por piedras, como en la actualidad forma parte de las rutinas de magos.
Su prestigio como sacerdote y educador de jóvenes necesitados le valió el respeto de autoridades civiles y religiosas, así como notable fama en el extranjero.
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Creó patronatos y escuelas para que los jóvenes aprendieran a trabajar en imprentas. Fue un perpetuo trabajador a favor de los pobres.
Giovani Bosco fue canonizado en 1934 por el Papa Pío XI, y en 1953, en un congreso de Segovia y fue nombrado patrón de los ilusionistas.
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