Moreno, controvertido

En agosto de 2019, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) nombró como su presidente a Alejandro Moreno Cárdenas, conocido un tanto familiarmente como Alito, para un periodo que concluiría en 2023, pero que se amplió un año más para enfrentar las elecciones de 2024.

El PRI coaligó con PAN y PRD, y extendió la dirigencia de Moreno Cárdenas para participar en los comicios tanto federales, estatales y municipales de junio de 2024, aunque los resultados no les favorecieron en especial por avances del morenismo. Fungía como secretaria general del tricolor la hidalguense Carolina Viggiano.

Y Moreno Cárdenas empezó a declarar que aspiraba a un periodo más en el poder, lo que dio lugar, en principio, a tenue pero abierto descontento y después volverse polémico en condiciones de fuego interno, con   inconformidades expuestas por priistas de abolengo que se opusieron a la extensión del plazo hasta 2028 e incluso, a uno nuevo, también de 4 años, que concluiría en 2032

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Previo a esto, la XXIV Asamblea Nacional del PRI, aprobó ampliar estatutos partidistas para robustecer el proyecto de reelección del dirigente del Revolucionario Institucional. Se cambió un tanto el primer párrafo del Artículo 172 de sus estatutos, estipulando que las dirigencias nacionales y las estatales podían ser reelectas hasta por tres periodos consecutivos, cada uno con duración de 4 años.

El lunes 22 de julio, sin haber en el entorno fiesta popular, de las que contagian, Alito presentó su solicitud de registro para repetir en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional priista. Con él, en calidad de compañera de fórmula Viggiano. La Comisión Nacional de Procesos Internos determinó que el registro de aspirantes duraría dos horas

De pronto, una diputada veracruzana, Lorena Piñón, entregó la documentación requerida. Según se dijo, días atrás ella había hablado con Moreno Cárdenas para manifestarle que pretendía sumarse con la pretensión de ser la nueva dirigente general, y él respondió que bien podría intentarlo. Ella presentó a Cuauhtémoc Betanzos, que a su vez buscaría la secretaría general.

En cuanto a la pretensión de Alito, un notario público, el 169, Miguel Ángel Beltrán atestiguó en el procedimiemto al ya formal aspirante. Alejandro Moreno, al hablar, manifestó “debemos de decirlo con claridad: estamos en deuda con nuestro partido. Desde hace muchos años el PRI ha quedado desfasado de la realidad política, económica y social de nuestro país. Esto ha tenido un gran impacto negativo en la manera en la que nos organizamos, comunicamos y trazamos la estrategia política”.

Pero hubo respuestas, una muy singular de Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo y también ex secretario de Gobernación, de quien se escribió que “empezaba a mover la idea de crear un nuevo partido político de priistas inconformes con el agandalle de Don Perpetuo Moreno”. Se cita también: “El PRI va a ir perdiendo no sólo elecciones, sino militancias y gente, pero creo que encontrarán otro espacio que sí se les reconozca” dijo en entrevista con Azucena Uresti. “¿Y el nombre? Podría ser PRA: Partido Revolucionario contra Alito, para diferenciarlo del PRI. Habría que esperar primero lo que resuelvan las autoridades electorales, INE y TEPJF: ¿aprobarán los cambios del estatuto que promovió Alito, para apoderarse del cadavérico heredero del otrora invencible? Al parecer la asamblea no reunió los requisitos legales”.

Y así abundaron declaraciones de ex militantes del Revolucionario Institucional que en nada coinciden con Moreno.