La semana pasada escribí sobre cómo los juegos olímpicos nos muestran un panorama global sobre temas estructurales que cruzan a nuestros países y contextos y un dia despues se dio uno de los momentos más terribles que hemos presenciado durante este evento: los señalamientos transfobicos y racistas hacia Imane Khelif.
Imane Khelif es una boxeadora argelina, racializada y musulmana, venció a la italiana Angela Carini una mujer blanca, que no dudo en llorar y mencionar que los golpes que Imane habian sido los más fuertes que había recibido en su carrera. Estas declaraciones hicieron que los movimientos antiderechos, transfobicos y racistas se desataran de una forma atroz para decir que Imane era una mujer trans o que tenía la testosterona alta y que por ello, ella tenía una ventaja dentro de la competencia que incluso ponía en peligro a las verdaderas mujeres.
El pánico moral se extendió a tal punto que se mencionó que era probable que atletas trans estuvieran en distintas competencias, usurpando lugares que no les corresponde, pues también fue señalada otra boxeadora Lin Yu-Ting. De repente, a nivel global se empezó a juzgar a las deportistas por su apariencia, aquellas que no cumplen con los parámetros de belleza femeninos serían señaladas de ser personas trans.
Como señaló la Agencia Presentes en la nota: Es falso que participen mujeres trans en los Juegos Olímpicos, toda esta polémica surgió de la desinformación, ya que no había ninguna prueba que mostrará que ambas competidoras fueran personas trans o intersexuales.
Imane Khelif y la Asociacion Internacional de Boxeo salieron a defender que ella es una mujer cis y pidieron que el acoso y la violencia parara, cosa que no ha sucedido.
A Imane Khelif se le señala de ser una persona trans, de tener altos niveles de testosterona para invalidar que gracias a su trabajo, disciplina, esfuerzo tiene un alto rendimiento deportivo que le permite ganar en el boxeo.
A Imane Khelif se le hace estos señalamientos por tener una estética que no coincide con los estándares hegemónicos occidentales, porque justo a las deportistas que han señalado de ser personas trans, son en su mayoría mujeres del sur global, racializadas. Parece ser que aquellas de países occidentales, europeos, del norte global quienes han estado acostumbradas a tener las victorias, están observando que a pesar de las diferencias abismales que existen entre como los países del norte global brindan privilegios a las atletas para ser las mejores; no están pudiendo con la idea de que sean las otras las vencedoras.
Lu Ciccia, en su libro “La invención de los sexos: como la ciencia puso el binarismo en nuestro cerebros y como los feminismos pueden ayudarnos a salir de ahi”, explica como la ciencia ha generado argumentos para mantener la idea de que cosas como las hormonas causan que las mujeres sean mas sensibles y débiles y los hombres fuertes y objetivos. Lo que es una mentira, si el alto rendimiento deportivo dependiera solamente de tener más o menos testosterona, muchísimas personas tendríamos otras corporalidades, otras experiencias.
Lo cierto es que esta lamentable y vergonzosa situación no ha hecho más que visibilizar la ignorancia, el miedo, la podredumbre que tenemos como sociedad. Dentro de toda esta ola de odio lo que no debemos perder de vista es que el deporte es para todas, todos y todes y que tanto Imane Khelif como LIn Yu-Ting son deportistas de alto rendimiento increíbles, cuyo esfuerzo hoy está dando frutos y no, no es efecto de una mísera hormona.