AntroPRIfagia, ¿capítulo final?

En el afán de destruir a sus enemigos internos para apoderarse del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) personajes y grupos priistas vienen aplicando lo que desde hace una década se calificó como AntroPRIfagia para definir las luchas intestinas de las cuales surgió el fin de semana como ganador el Clan Caníbal de Alejandro Moreno Cárdenas y Rubén Moreira Valdés.

Aquí en Hidalgo con las reformas estatutarias y a los documentos básicos del fin de semana, se consolidó la corriente interna de Los Arrepentidos, que en aras de cobrar venganza de la marginación que sufrieron en el gobierno de Omar Fayad Meneses, se doblegaron y sometieron a la secretaria general y cónyuge de Moreira Valdés, Carolina Viggiano Austria que se apoderó del partido y de las candidaturas de representación proporcional.

No obstante que venía de una contundente derrota en 2022, de 2 a 1 en su aspiración de ser gobernadora, tras una candidatura lograda mediante una maniobra qué le permitió vengarse de Omar Fayad al ser postulada por Acción Nacional (PAN) para anular la convocatoria priista que establecía como método la convención de delegados, qué de aplicarse la hubiese perdido.

Al quedarse con la estructura burocrática priista, violando estatutos impuso a su asistente Marco Antonio Mendoza como presidente estatal y provocó una deserción de tal magnitud que el voto duro del PRI cayó cien mil sufragios el 2 de junio y fue el único partido que perdió fuerza y pasará de 8 curules en el Congreso local a dos o tal vez una.

Hoy aquellos que le respaldaron en su vendetta contra los ex gobernadores Miguel Ángel  Osorio Chong y Omar Fayad, reprueban la reelección de su cofradía, por eso su manifiesto de rechazo a la reforma estatutaria signado por el ex gobernador Francesco Olvera Ruiz, que se atrevió a competir por la diputación federal y por tres ex dirigentes estatales: Geraldina García Gordillo, Aurelio Marín Huazo, Jaime Costeira Cruz. Además de una veintena de arrepentidos qué presumían a Carolina Viggiano en sus desayunos de los jueves, que ahora son el postre en el menú de AntroPRIfagia, en su banquete de la abundancia de prerrogativas e impunidad, a los que de facto expulsó Alito, cuando dijo que ya jo más “vacas sagradas”