El domingo 7 de este cálido abril, se celebró en la ciudad de México el primero de tres debates entre quienes aspiran a la Presidencia de la República: Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez. Había interés por conocer, en especial, si se confrontarían las dos mujeres, y más particularmente cómo se comportaría la hidalguense, ya identificada por no guardar recatos al dar a conocer sus proyectos y, asimismo, referencias muy personales sobre su principal adversaria.
Cuidadosos observadores, tras terminar el evento, en que solo aparecieron fugaces pequeños embates sin llegar a espeluznantes llamaradas de las dos, consideraron que a Xóchitl la habían advertido en algunos minutos distraída, cansada, como si la noche de sábado a domingo la hubiera envuelto en un poco deseado no poder dormir.
Se le recuerda, como chispazo aislado, al calificar a Claudia como mujer fría, de poco corazón. En tanto, la morenista en ningún momento se despojó de su comportamiento de impasibilidad, solo guardando sus miradas hacia el frente sin mostrar emociones.
Álvarez, se comentó, fue fácil orador, pródigo al obsequiar sonrisas. El veredicto final favoreció a Sheinbaum. Se especuló sobre los dos próximos debates, como para alertar que pudieran ser fogosos y de llamar la atención de un enfrentamiento más frontal. De acuerdo con el calendario, el segundo será el domingo 28 de este mes en los estudios Churubusco.
Se especuló que habría tiempo de tranquilidad, en que los contendientes se dedicarían a sus campañas electorales. No fue así. La aspirante de PAN, PRI y PRD, arremetió a la morenista, de una forma insospechada cuando pronunció, durante un mitin celebrado en el estado de México que, “si a los 60 años no has podido hacer un patrimonio, eres bien güey”.
La Real Academia Española, identifica güey como tonto; hay quienes en duelos verbales le suben de tono.
Hubo, en consecuencia, críticas numerosas, incontables en redes sociales. Esto obligó a que Gálvez reformara su mensaje en dos actos posteriores y luego encabezó dos entrevistas. En la mañana, en Naucalpan, en la Casa Club Bosque Real, sacó a la luz dichos, ¡os de Claudia, y dijo que la morenista vive en una casa del cártel inmobiliario.
Y declaró:” Ella me reclamó que yo viva en una casa propia y que ella vive en un departamento rentado. Si a los 60 años no has podido hacer un patrimonio, eres bien güey, con todo respeto”. Más adelante, en Atizapán de Zaragoza, retomó al manifestar, si la morenista “a los 60 años no ha podido administrar sus recursos que ha ganado como funcionaria pública, es su problema”.
Por la tarde, perseveró: “yo dije, pues hay que ser muy güey; no sabe administrar el dinero…Pero ya salió el peine. ¿qué creen? En 2018 tenía dos departamentos y dos casas, y las vendió para decir que no tiene nada ¡Qué casualidad!, y a mí reclamándome; no sé si mandó la lana a paraísos fiscales o qué hizo con el dinero”.
Insistió, perseverante, y acusó que su contendiente busca “victimizarse” así como “estigmatizar a quien logra hacerse de una casita”
Por cierto, le cuestionaron sobre un desmentido de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que a medio día detalló que hay cuatro sacerdotes que son investigados por sus homilías, no 60, como ella señaló. Y repuso “es probable que sí; a mí el sacerdote me dijo que eran 58 las denuncias, pero creo que muchas ya se resolvieron”.
Se advierte que sus últimas jornadas fueron en verdad controvertidas.
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