Las autoridades pretenden cargarles la mayor responsabilidad a los usuarios, culpándolos de la escasez de agua, pero está demostrado que los mayores consumidores son la industria y la agricultura, amén de que desde el gobierno de José López Portillo hay una reducción constante en los presupuestos para atender lo que ahora se ha convertido en crisis hídrica del país.
Veamos:
En la década de los 80, en el gobierno de José López Portillo, se invirtió el 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para la construcción de la primera etapa del Sistema Cutzamala y el proyecto regional de Cerro Prieto, en Monterrey, Nuevo León.
Desde entonces los gobiernos subsecuentes han reducido los recursos para atender los problemas de desabasto de agua en el país.
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Así, con Ernesto Zedillo, la inversión fue del 0.31 por ciento del PIB; con Vicente Fox, bajó al 0.29 por ciento; con Felipe Calderón subió al 0.54 por ciento, debido a que se construyó el Túnel Emisor Oriente de la Ciudad de México; con Enrique Peña Nieto, apenas se destinó el 0.4 por ciento y con Andrés Manuel López Obrador, el 0.22 por ciento.
Precisamente el presidente López Obrador, dijo que para atender la crisis en la CDMX, se tomaría agua de los pozos de Hidalgo, lo que ha generado reacciones de la oposición, encabezada por la candidata presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz.
Y se ha vuelto bandera de campaña de otros candidatos, incluidos los de Morena, a pesar de que en una charla informal, el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, con un grupo de reporteros hidalguenses, planteó su deseo de que no fueran a usar el tema con estrategia política.
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El 8 de febrero del 2012, quedó plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que el acceso al agua potable es un derecho humano. Que en la práctica no se cumple.
Para los gobernantes invertir en infraestructura hidráulica no es redituable políticamente, porque no son obras que se vean y generen un efecto político inmediato, que se convierta en votos para su causa.
Pero es imprescindible la inversión y mejorar los sistemas de uso del agua en la industria y sobre todo en la agricultura, que consume el 70 por ciento del agua de que disponemos en el país.
Por lo pronto, en Hidalgo y otros puntos de la nación, las protestas y bloqueos ciudadanos continúan en demanda de abasto regular de agua, sin que el problema se resuelve de fondo.
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