Las feministas también discriminamos y violentamos

Este 8M nos deja muchas conversaciones y reflexiones vitales para la construcción del movimiento. Algunas no son pendientes nuevos, pero son tan vergonzosas e incómodas que hemos decidido dejarlas de lado. Ya no hay tiempo, es urgente que lo discutamos.

Aquí van mis opiniones impopulares.

La entrega de flores a personal de policía y guardia nacional

Como cada año desde que Sheinbaum decidió reprimir la protesta en la CDMX y en varios estados del país, mujeres que en su mayoría son parte de partidos políticos decidieron regalar rosas a policías, como un acto de paz y buena voluntad. No sé si no se dan cuenta que están performando la frase “una flor para otra flor” de la cual nos hemos quejado históricamente. El simbolismo de las flores no marca un puente de diálogo con las policías que a final de cuentas cumplen las órdenes de las autoridades que no están soportando las demandas de las mujeres. Lo peor es que quedan pruebas de que este acto simbólico no sirve para nada, como la fotografía de la policía que luego de recibir la rosa, andaba usando el extintor contra las personas que asistieron a la marcha.

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Los discursos homofóbicos y transfobicos de la marcha

En todo el país pero particularmente en Pachuca la marcha tuvo presencia de feministas anti derechos. A lo mejor les suena absurdo pero sí existen y son producto de la interacción de los feminismos con las vivencias que les cruzaron. Ya van varios años que las feministas transfóbicas hacen de la marcha un espacio hostil en el que no permiten la presencia de hombres acompañando a sus esposas porque llevan a sus hijes o acompañando a sus hijas también ejerciendo no solo discursos violentos, sino hasta amenazas de violencia física injustificada. En CDMX un motoneto se metió a la marcha y pues las morras le grafitiaron la moto con la palabra “puto”.

Al día siguiente de la marcha en CDMX las feministas transfobicas que están tanto en el grupo de Xochitl Gálvez como de Sheinbaum salieron a protestar por la teoría conspiranoica del borrado de mujeres.

Todo esto nos recuerda que los feminismos cuestionan los discursos de discriminación y violencia pero como el sistema nos ha enseñado a replicarlos ahí andamos como mensas usándolos para defendernos y como dice Lorde: las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo.

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Las consignas que replican discriminación y estereotipos

Al día siguiente de la marcha ví un vídeo donde activistas discas nos contaban cómo el megáfono, el exceso de ruidos, el tumulto contribuyen a qué decidan no participar en ella.

Consignas como “la que no brinque es macho” refuerza los mensajes del capacitismo que ignora que hay mujeres que no pueden caminar.

“Mujer consciente se une al contingente” es una frase que desde la condescendencia y una superioridad moral juzgan a aquellas que no marchan, ignorando sus contextos.

“Somos malas podemos ser peores” al igual que la de “y la maldad feminista”, son de las favoritas para recitar en el cual aunque se pretende reapropiarse de la visión machista, la realidad es que replica el binarismo en el que nos han encasillado por siglos y el maniqueísmo que incluso tiene tintes de estereotipos religiosos.

“Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar.” es una frase racista que refuerza una lógica de blanqueamiento que no necesariamente representa nuestro contexto.

“Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.” Estigmatiza todos los procesos de aborto que las personas podemos vivir en la clandestinidad y con seguridad sin que nuestras vidas estén en riesgo.

Si las feministas replicamos discursos discriminatorios y violentos. Es un hecho del que nadie podemos escapar, sin embargo la diferencia está en reconocerlos y ser conscientes para cambiar estás acciones. Si no cuestionamos los feminismos entonces más que un espacio emancipatorio sería un culto.