Inflación en México: baja en la primera mitad de febrero

El descenso de los precios agropecuarios, particularmente de los tomates, ayudó a que bajara la inflación general en México, más de lo que esperaba el consenso del mercado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En los primeros 15 días de febrero, la inflación general desaceleró a 4.45 por ciento anual desde 4.87 por ciento registrado en las dos semanas previas. Esta variación significó el menor aumento de los precios al consumidor desde la segunda mitad de noviembre de 2023.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) disminuyó 0.1 por ciento en la primera mitad de febrero, respecto a la quincena anterior, su primer caída en cinco quincenas.

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Los precios de los productos agropecuarios registraron una caída significativa de 3.95 por ciento quincenal, en gran medida por los menores precios del pollo y los tomates, en el caso de estos últimos revirtieron parte de los aumentos registrados en meses anteriores.

En contraste, el precio de la energía aumentó 1.5 por ciento quincenal, debido a los incrementos en gas LP y gasolina.

El consenso de analistas que consultó Citibanemex en su última encuesta estimó una inflación general de 4.7 por ciento, con un aumento de 0.17 por ciento quincenal.

La inflación sorprendió a la baja, debido a una reversión mayor a la estimada de los precios del jitomate y, en menor medida, a una inflación subyacente, que excluye de su cálculo la energía y los alimentos frescos, menor a la proyectada, sostuvo Iván Arias, director de estudios económicos de Citibanamex.

De acuerdo con datos del Inegi, la inflación anual en México reportó 71 quincenas fuera del rango de la meta de estabilidad de precios del Banco de México (BdeM), de entre 3 y 4 por ciento.

El repliegue de la inflación en la primera mitad de febrero estuvo apoyada por la caída del precio del jitomate de 35.39 por ciento; su contribución a la baja en la inflación fue de 0.421 puntos. Le siguió el tomate verde, con un descenso de 13.10 por ciento; pollo, 1.37 por ciento; calabacita, transporte aéreo, huevo y nopales, 11.84, 5.48, 1.13 y 5.81 por ciento, respectivamente.

En cambio, la incidencia en la inflación al alza estuvo representada por el aumento del gas doméstico LP de 8.06 por ciento, con una contribución de 0.123 puntos; gasolina de bajo octanaje, 1.29 por ciento; cebolla, loncherías, vivienda propia, 6.42, 0.49 y 0.18 por ciento, en ese orden.

Por su parte, el índice de precios subyacente, que determina la trayectoria de los precios a mediano y largo plazos, incrementó 0.24 por ciento a tasa quincenal y 4.63 por ciento a tasa anual.

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El índice de precios no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, registró una caída de 1.10 por ciento quincenal y un crecimiento de 3.93 por ciento a tasa anual, desde 5.25 por ciento en la quincena anterior.

Anticipamos que continuará la disminución gradual del empuje sobre los precios subyacentes, debido a la desaceleración que pronosticamos para el consumo y la apreciación acumulada del peso. Sin embargo, las presiones sobre los precios de los servicios permanecen elevadas, lo que consideramos que está relacionado principalmente con factores internos y en parte responde a las apretadas condiciones del mercado laboral, prevé Arias.

Por Clara Zepeda