En un año, Hidalgo escaló en el consumo de drogas

En un año, Hidalgo escaló al primer lugar en el consumo de cocaína y alucinógenos y el segundo en metanfetaminas, según la entrevista inicial a consumidores de drogas ilícitas que ingresaron por primera vez en Centros de Integración Juvenil (CIJ) en el primer semestre de 2023.

De acuerdo con el reporte del Sistema de Información Epidemiológica del Consumo de Drogas, de la Secretaría de Salud Federal, en el primer semestre de 2022, el clorhidrato de cocaína y metanfetaminas no figuraban con población atendida en CIJ de Hidalgo que reportaron tasas de consumo alguna vez en la vida superiores a la media nacional.

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En uso de alucinógenos durante ese periodo, Hidalgo se ubicó como la novena entidad con población atendida en CIJ que reportó consumo alguna vez en la vida superior a la media nacional, con 13.1 por ciento. Un año después registró una tasa de 24. 8 por ciento, posicionándose en el primer lugar a nivel país.

Los tipos de alucinógenos considerados fueron LSD, LSA, hongos alucinógenos, peyote (mezcalina), salvia divinorum u otras variedades, ololiuhqui, floripondio, ayahuasca, y otras plantas con efectos alucinógenos o disociativos, otras drogas de diseño con efectos psicodélicos y otras sustancias.

En lo que respecta a clorhidrato de cocaína (cocaína en polvo blanco), el año pasado el 49.6 por ciento de los consumidores que ingresan por primera vez a CJI en Hidalgo confirmó que había consumido alguna vez en su vida. La media nacional de tasa de consumo en esta droga es del 33.7 por ciento.

En dicha droga, la entidad superó a Querétaro (43.0 por ciento), Chiapas (41. 2 por ciento), Estado de México (41.1 por ciento), Tlaxcala (40.7 por ciento), Nuevo León (40.5 por ciento), Sonora (39.1 por ciento), Oaxaca (38.8 por ciento), Ciudad de México (38.4 por ciento) y baja California Sur (38.2 por ciento).

Alarma en Hidalgo por el consumo de drogas desde los 13 años

“Últimamente ha aumentado el consumo a partir de los 13 años, es alarmante cuando ya lo tienen al alcance demasiado pequeños”, indicó la psicóloga clínica Elizabeth García López del Centro de Atención, Prevención y Tratamiento de Adicciones y Salud Mental (CAPTAS) A.C. en Tulancingo.

En entrevista con La Jornada Hidalgo, explicó que el cerebro deja de madurar a partir de los 25 años y si se consume cualquier droga, por mínimas dosis este órgano central del sistema nervioso se empieza a dañar y ya no tendrá la misma utilidad a mayor edad.

“En la adolescencia es donde más se ha visto que pueden caer en una etapa de consumo constante, últimamente ya es muy fácil que alguien consuma. Lo vemos en las escuelas, mucha gente se acerca a ellos porque son vulnerables, la gente observa sus faltas de apoyo o de amor familiar”.

En ese sentido la profesionista en atención psicológica especializada en adicciones es tajante: “la familia es el pilar para que no se caiga en adicciones, comunicación y vigilancia”.

“En esa etapa (adolescencia) precisamente es cuando más tienden a buscar algo que les haga sentir bien, ya sea una persona, cualquier consumo, cualquier adicción que los distraiga de su realidad”.

Por lo que a la especialista en adicciones no le sorprende que el consumo de alucinógenos vaya en aumento, ya que alteran la percepción de la realidad, “ha aumentado el consumo en el cual yo evito mi realidad”, sostuvo.

“El alucinógeno hace que yo vaya a un mundo en el que creo mis fantasías. Me desconecto de la parte prefrontal que es la que me da la razón, y esto hace que yo pueda satisfacerme de lo que no puedo expresar en el mundo real”.

De ahí que para García López primero hay que sanar la mente y trabajar con ella, al mismo tiempo que cuestionó “¿por qué el ser humano tiende a negar su realidad?” y agrega que “a grandes dosis soy otra persona, me olvido de la parte moral y social”.

Hizo alusión a la llamada patología dual, en la que infantes con mayor Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tienen predisposición a consumir drogas de adultos, para compensar su falta de atención.

“La vulnerabilidad en masa es la familia”

García destacó que la adicción a las drogas es una enfermedad y como tal es importante que se conozca sobre genética mental. “Es algo que nadie hace, tendemos a pensar que somos funcionales y reaccionamos de acuerdo con nuestro entorno social, pero también heredamos la parte mental”.

“Enfermedades mentales que se generan desde antepasados familiares (cuando no era común ser tratadas) hasta el presente en niños, niñas y adolescentes que no fueron detectados en tiempo y forma, y por eso caen en sustancias adictivas”.

Asimismo, la psicóloga dijo que desde su ámbito de trabajo detecta que lo que conlleva a una adicción de drogas puede ser el abandono, la economía, subraya que “la vulnerabilidad en masa es la familia”.

Empleando la terapia cognitivo-conductual, la especialista sostiene que “no trabajamos con el paciente, trabajamos el día a día, con lo que hoy estás haciendo diferente con lo que ya aprendiste”. También destaca que cuando más se quedan (en el tratamiento) es cuando la familia participa.

Debido a que prevé que el consumo de drogas siga expandiéndose por las necesidades del ser humano, Elizabeth García López urgió a poner énfasis en la importancia de la salud mental, por considerar que ahí radica todo. “El reto más grande es la familia, y entender que es una enfermedad mental, y que la gente entienda que la salud mental es parte del día a día”.

Recordar como terminé para no recaer en las drogas: testimonio

A Sara, (a quien llamaremos así para proteger su identidad), su novio era quien le facilitaba unas líneas de cocaína cuando estudiaban la preparatoria en Pachuca, “yo siempre decía <sí consumo, pero poco, podré dejarla sin problema, los otros lo hacen también>”.

“Llegó un momento en que mi mamá y mis hermanos me cuidaban para que no me robara las cosas de la casa, ya no me regalaban nada, ni en cumpleaños o navidades, porque sabían que seguramente iba a venderlo para comprar la droga, por ejemplo, un celular o ropa”.

Sara relata que, para esa época, con 18 años comenzó a prostituirse para seguir drogándose.

“Estaba muy intoxicada, tosía como perro, seguí consumiendo y no me di cuenta de que estaba embarazada, tuve un aborto”, señaló la joven, y ese es el hecho que ella revive en su mente para no recaer en las drogas.

“Además de recibir tratamiento, me ayuda a recordar cómo terminé”, asegura Sara quien desde hace tres años no ha vuelto a consumir, “soy adicta y una vez que lo aceptas es más fácil”.

En 2022 se demandó más atención por metanfetaminas

En Hidalgo, durante 2022, el consumo de sustancias de tipo metanfetaminico fue la principal demanda de atención en Unidades de Atención Primaria (UNEME-CAPA), seguido del alcohol y algunas situaciones de salud mental.

Lo anterior informó la coordinadora estatal de Adicciones en la subsecretaría de Salud Pública de Hidalgo, María del Carmen Cortés Martínez. “De 2023, por temas técnicos las cifras todavía no están convalidadas”, precisó.

La funcionaria detalló que hace dos años existió una mayor demanda de atención por consumo de sustancias psicoactivas de hombres, y especificó que por cada diez varones una mujer demandó atención.

“Pero eso no significa que las mujeres no estén pasando por este tema de salud pública derivado ya sea del tema de salud mental o del consumo de sustancias psicoactivas, se debe más al estigma hacia las mujeres al hablar abiertamente sobre este problema de consumo”.

Por otra parte, indicó que la población que más demandó atención es aquella que está en el rango de edad de 18 a 29 años.

Respecto al consumo de fentanilo, informó que, hasta el momento, no hay reportes de atención por esta droga.

Aumento de narcomenudeo no es principal determinante

Para Cortés Martínez, en este tema tan complejo del uso de sustancias psicoactivas, hay otros determinantes involucrados en el consumo.

En ese sentido, recordó que en la Secretaría de Salud hay un grupo de trabajo en el que diferentes instituciones lo integran y debaten sobre estrategias que puedan mejorar el autocuidado en toda la población hidalguense.

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“Hay otras determinantes a nivel familiar y personal que detonan que una persona consuma sustancias que en aquellas que sí están relacionadas como determinantes sociales de la salud pero que son en segundo plano”.

“Es más importante reconocer que las habilidades para la vida que tengamos las personas a nivel individual y nuestro entorno, son de las primeras que van a condicionar que consumamos o no algún tipo de sustancias”, concluyó.