Tatiana Tiburcio, una artista pachuqueña multifacética

“Soy pachuqueña, me encanta el frío, no tanto los pastes, pero sí la barbacoa”, expresa la diseñadora de modas, cantautora, actriz y estudiante de doblaje, Tatiana Tiburcio.

La multifacética artista, quien cuida cada detalle de su atuendo y de su conversación, se enorgullece de sus orígenes hidalguenses y veracruzanos. Su padre, Rafael, un arquitecto que la hizo amar el arte, y su madre, Julieta, admiradora de la naturaleza y la música.

“Tuve la fortuna de que en casa había muchos libros de arte clásico, sobre todo de renacentistas, mi papá siempre me mostraba sus libros de arquitectura, escultura, fue a partir de ahí que comencé a enamorarme del mundo del arte”, recuerda.

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Como buena diseñadora de modas, Tatiana fue confeccionando sus sueños, dibujando desde que era niña, como cantante de rock a los 17 años y, recientemente, preparándose como actriz.

“Al final todo me llevó al arte. También doy clases de costura en secundaria”, agregó la creadora de ropa y accesorios, con lo que nos adentramos en su historia que entreteje a continuación.

De niña, el público eran sus compañeros

“Mi mamá me contaba que en el kínder me subía a las mesas y me ponía a cantar cuando salía la maestra. El público eran mis compañeros, como me subía a cantar, de esa manera no se ponían a hacer travesuras, porque me estaban viendo.

“Después me enfoqué más en el dibujo y dejé el canto. Hasta en mis últimos semestres de la prepa, mi hermano mayor, Rafael, que es melómano, me pasó discos. A mis papás les encantaba el rock de los 80, la música disco, de ahí toda mi influencia musical”.

La joven artista formó parte del grupo de rock Fata Morgana, de 2005 a 2012, con el que grabó dos EP (disco corto). “En toda esta transición el rock me ayudó a nivel emocional, encontré mi voz y mi manera de expresarme”.

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Tatiana tiene 15 años cantando este género musical, “lo mío lo mío siempre ha sido el rock”, asegura, sin dejar a un lado su otra vocación, el diseño de moda, en la cual realizó estudios universitarios, aunque no se desempeña tanto como en el canto y la música.

“Desde niña tenía habilidad para el dibujo, me gustaban los trajes que veía. Una de mis tías estuvo viviendo con nosotros un tiempo y ella es modista, con mis primas agarrábamos retazos y ahí comenzábamos a hacer la ropa a nuestras muñecas”.

Se prepara como actriz de doblaje

La también cantautora tiene una fascinación por la actuación y en ese sentido el teatro reúne todo el trabajo que a ella tanto le apasiona, desde la parte vocal, escénica, musical y de vestuario.

“Como en la pandemia no tuve tanto trabajo como cantante, comencé a buscar otras opciones; desde niña igual me gustaba imitar voces, hacer personajes, y dije ‘por qué no tomo clases’”.

A la par de las clases de doblaje, estudia un diplomado de actuación en el Instituto Andrés Soler, en Ciudad de México. “Conocí a algunas personas que trabajaban en teatro musical y hacían doblaje, lo vi como una nueva oportunidad de trabajo y algo que me gusta”.

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No obstante, reconoce que el mundo del doblaje es mucho más complejo de lo que se piensa.

“Necesitas entrenamiento, porque aun cuando tú no estás frente a la cámara, en la voz se escucha si estás fingiendo o no, si estás sintiendo una emoción o no.

“Por eso muchas personas prefieren ver la película en el idioma original, porque el doblaje no es bueno. Como actor de doblaje sí debes tener la misma calidad actoral que la persona que estás interpretando y conectar a nivel emocional con el público”.

De esta manera, la intérprete se ve haciendo teatro musical, doblaje y doblaje musical, “adaptaciones de películas con canciones o de musicales al español, eso creo es como mi próximo proyecto”.

“Nunca es tarde, nos vendieron la idea de que a los 25 tenías que decidir cómo iba a ser tu futuro y si nuestra esperanza de vida es hasta los 80, ¿qué vas a hacer de los 25 a los 80?, ¿lo mismo? Si te apasiona mucho, está padre, pero hay quien dice ‘no, yo quiero hacer todo esto’; casarte con una sola carrera o algo es limitarte”.

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Valorar al artista, no regateen su trabajo

Dar clases es la principal fuente de ingresos para Tatiana y como cantante en eventos. “Siempre tienes que estar innovando y buscando el público y el espacio donde presentar tu trabajo”.

“El artista tiene que ser muy independiente en ese aspecto, siempre hay que estar buscando eventos, reinventándote, haciendo nuevos espectáculos, porque a veces también la gente se cansa de lo mismo”.

Pero de igual manera, la cantante y próxima actriz de doblaje comparte la idea de que no se puede vivir solo del aplauso y toma a bien que en Hidalgo la comunidad artística se ha comenzado a organizar para exigir mejores condiciones de trabajo.

“Es importante que se valore al artista, no regateen su trabajo. También mucho de lo que necesitamos es que lo que hacemos se dé a conocer a más personas, incluso decir a alguien, ‘me gustó esta canción, escúchala’”.