El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que hay traficantes de migrantes que incluso tienen relación con políticos de Estados Unidos, por lo que llamó a las autoridades de ese país, en particular al Congreso, a definir una política para atender las causas de la salida de personas de sus lugares de origen.
“Varios gobiernos de América Latina están en contra de estos traficantes de personas, (y) nos han pedido que actuemos de manera conjunta para desmantelar estas bandas porque son muy irresponsables, no cuidan a los migrantes, además de que cobran, los engañan y en algunos casos tienen relación con políticos de Estados Unidos que alientan la migración para afectar a partidos contrarios, y en el caso extremo también vinculación con bandas de la delincuencia”, denunció.
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En la mañanera de ayer, el mandatario reveló que en la reciente reunión que tuvo en Palacio Nacional con una delegación de alto nivel de la administración de Joe Biden (encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken) para dialogar sobre el fenómeno migratorio, planteó cuatro puntos centrales para atender el fenómeno:
Destinar 20 mil millones de dólares (como en la época del presidente John F. Kennedy) al desarrollo y bienestar de las naciones de América Latina y el Caribe, regularizar a cuando menos 10 millones de latinos que tienen más de una década trabajando honradamente en Estados Unidos, suspender el bloqueo económico y financiero a Cuba y levantar todas las sanciones contra Venezuela.
El jefe del Ejecutivo expresó que muchos sectores políticos de Estados Unidos rechazan estas ideas, aunque consideró que la ciudadanía de ese país las aceptaría. Claro que los del Congreso ponen el grito en el cielo, pero tiene que haber una política humana, con dimensión social y ya abandonar la política de hace 200 años, hegemónica, de imposiciones, de bloqueos… Eso es del medioevo, eso no tiene nada que ver con el mundo actual; es como la irracionalidad de las guerras.
López Obrador reiteró que se debe atender el tema a fondo y evitar que los tiempos electorales en Estados Unidos lleven a pensar que estas propuestas son imposibles debido a que en esa nación y el mundo domina la indefinición.
Insistió en que México ha colaborado en la atención al tema con acciones de contención migratoria en su frontera sur (sobre todo, dijo, para evitar que los migrantes se arriesguen a la peligrosa travesía hacia el norte) y con la operación de programas sociales en países de Centroamérica y el Caribe.
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El presidente señaló que su gobierno analiza ampliar el programa Jóvenes Construyendo Futuro (con un esquema de formación, de capacitación que ya se aplica en algunas naciones de Centroamérica con presupuesto mexicano) para que se sume también a migrantes que de manera voluntaria sean retornados a sus lugares de origen y laboren en empresas mexicanas que hay allá, para que reciban un salario mínimo.
En cuanto a Haití, reconoció que debido a la inestabilidad política y a la inseguridad no se han podido llevar estos programas. Llamó a la ONU a actuar, porque no reacciona, olvida a los pueblos. Esto deberían atenderlo la ONU y todos los países ayudar para garantizar la seguridad, el bienestar de la gente, pero es una situación de ingobernabilidad, muy difícil. De todas maneras, nosotros ayudamos.