Olor a copal y cempasúchil en las escuelas

Es momento de hacer una pausa académica y dedicar un espacio a nuestras tradiciones, que justamente diversos modelos educativos contemplan la función social de promover desde las aulas la pervivencia de valores, cultura y tradición.

Una de las festividades más arraigadas en nuestro México es el Día de Muertos, tradición prehispánica que prevalece con espectacular fervor hasta nuestros días y que da cuenta que la muerte y la vida es un binomio enigmático en la cultura mexicana.

Los centros educativos son una de las más hermosas expresiones para celebrar a los muertos, con la confección de altares, que pone a prueba la capacidad de organización y trabajo colaborativo de cada grupo, las tumbas, los tapetes de aserrín y el desfiladero de catrines y catrinas que llenan de color los pasillos.

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Las escuelas huelen a copal y cempasúchil, la fiesta a los fieles difuntos se coloca como un acontecimiento “lleno de vida”, repleto de flores, comida, música, danza y mucha magia, la cultura y la tradición son elementos esenciales en la formación del alumnado.

No puede faltar la lectura de calaveritas, esos divertidos versos que en forma irónica y sarcástica retratan la vida escolar y le dice sus verdades a algún personaje, por supuesto que los profesores son de los más taquilleros para protagonizar estos episodios literarios repletos de ingenio.

La manera en que los mexicanos le rendimos culto a la muerte no tiene igual, lo mismo nos burlamos de ella que la veneramos, la gente convive con sus muertos en los panteones, coloca altares en casa, oficinas o centros de trabajo, se realizan festivales, encuentros culturales y mucho más; la UNESCO declaró a las celebraciones del día de muertos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

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En nuestro hermoso estado de Hidalgo, la Fiesta de Día de Muertos o Xantolo es la tradición más importante en la región huasteca y se celebra con arraigo y una fuerza impresionante, que lo hacen único.

Es preciso destacar que la interculturalidad, el despliegue comercial y la globalización, permiten que hagan parte de estas fechas celebraciones de otro origen como el halloween o noche de brujas, concursos de disfraces, desfiles de zombies y algunas otras actividades ya adoptadas en nuestro país, me parece importante fomentar entre el estudiantado la conciliación de nuestra herencia cultural con la identificación de otras culturas, porque en algunos escenarios conviven de manera natural.

Es de reconocer a los centros escolares, familias, organizaciones, gobiernos y a todos los que contribuyen para que esta tradición trascienda en el tiempo, que, a pesar de las complicaciones económicas, puede más el esfuerzo para mantener viva esta celebración, porque a la muerte se le escribe, se le baila y se le canta, es devoción, humor, culto, y todo a la vez.