El pasado 17 de octubre se cumplieron 70 años que las mujeres podemos votar en México, pero no solo eso sino también la posibilidad de ser electas para un puesto de representación popular, por lo que en todo el país hubo una serie de actividades en torno a esta conmemoración organizadas por diversas instituciones, yo acudí a algunos de los que me quedo reflexionando diversas cosas al respecto de la participación política de las mujeres.
La primera tiene que ver con toda la resistencia que ha habido en torno a este derecho, ya que por cada avance que se tiene al respecto de la participación de las mujeres, hay una estrategia dentro de los partidos políticos para impedir que lleguen o en todo caso las que lleguen sigan siendo incondicionales a las decisiones masculinas (todo esto documentado por diversas investigadoras y académicas); sigue pasando 70 años después, como en la reciente sesión del Consejo General en la que los partidos políticos trataron de impedir la paridad alegando que se violenta la vida interna de los partidos.
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En el marco de esta conmemoración el Instituto Nacional de las Mujeres y ONU Mujeres realizaron en el Centro Cultural Los Pinos el foro “De la paridad a la acción” en el que estuvieron gobernadoras, funcionarias federales, legisladoras, etc., se abordaron los retos que se tienen para la participación política, asegurar que lleguen a esos espacios las mujeres rurales, las de pueblos originarios, atender la paridad en lo local, porque hay una brecha muy marcada en los ámbitos municipales, como es el caso de Hidalgo, que de 84 municipios solo la quinta parte está gobernado por mujeres y en comparación con la elección pasada este número disminuyó.
Asistí a dicho evento como parte de mi labor honorífica en el Consejo Social del Inmujeres, en el que en la primera parte de los paneles pude escuchar a las gobernadoras, la gran mayoría de ellas con discursos muy mujeristas, incluso Mara Lezama de Quintana Roo, haciendo una especie de stand up sobre las vestimentas, el maquillaje, al igual que Evelyn Salgado de Guerrero en el mismo sentido, me hubiera gustado más que hablaran sobre ¿Qué es gobernar distinto como mujeres? No dudo que se enfrenten a las críticas sobre su apariencia, pero desde el movimiento feminista ya hay respuestas sobre este tema, en otros casos algunas gobernadoras parecían más animadoras de fiestas gritando varias veces ¡Arriba las mujeres!, cuando la intención no es que estemos arriba sino en igualdad de condiciones para ejercer nuestros derechos.
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Me gustó el panel de las legisladoras locales, en donde presentaron los cambios que se están haciendo desde esos espacios, además participaron mujeres muy jóvenes y alguna asumiéndose parte de la diversidad sexual como lesbiana lo que permea en lo que impulsan como legisladoras, explicando muy bien porque además se deben ocupar espacios que han sido restringidos a las mujeres como Hacienda, la junta de coordinación política, etc. Parte de lo que me deja este evento es seguir honrado la genealogía feminista, pero además hacer política diferente.
Para equilibrar lo que vi, acudí a otros espacios para seguir refrendando que es importante impulsar la paridad como un desafío no solo numérico o discursivo sino realmente transformador en México y en Hidalgo, porque como bien se mencionó en la presentación del libro Las sufragistas: “Si la paridad solo sirve para seguir manteniendo privilegios y no les sirve a todas, es una herramienta aún incompleta para la igualdad” y eso es lo que seguimos teniendo en Hidalgo.
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