“El numeral de Xindhó: implicaciones para el conocimiento astronómico y calendárico hñähñu-otomí”, fue la conferencia emitida por el Centro de Investigaciones Históricas y Culturales y la Secretaría de Cultura de Hidalgo.
Alfonso Torres Rodríguez, arqueólogo, señaló que el numeral de Xindhó, tiene presencia en el culto lunar entre los grupos otomíes, relacionado con fechas actuales de inicio o cierre de ciclos.
“La ceremonia de la Madre vieja, es una de las festividades más importantes, ya que se relaciona con el solsticio invernal y ceremonias de fin de ciclo entre los mexicas”.
Explicó.
En el estado de Hidalgo existen cuatro sitios puntuales en los que se encuentran pinturas rupestres con estas características: Xindhö, Tilotla, La Mesita y La Pintada.
Estas nociones astronómicas se manifiestan a través de los gráficos rupestres ubicados específicamente en Agua Blanca de Iturbide, Meztitlán, Huayacocotla y Xindö.
En ellas se evocan ceremonias, como el Fuego nuevo, con elementos como la luna, el sol, estrellas y constelaciones, por citar algunos.
“A través del número de lunas que se usa en códices se hacen cálculos y se determinan los eclipses en un ciclo de 148 o 177 días”, indica Torres Rodríguez.
Señala que estos aspectos forman elementos calendáricos, fechas citadas en distintos códices del estado.
Con las investigaciones e hipótesis realizadas se logra establecer la conexión entre los grafismos rupestres y la calendarización de eclipses, y la forma de entender el entorno existente en otras épocas.
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