La renuncia a la militancia priista en Hidalgo de 16 presidentes municipales, ocho diputados, dos senadores y cientos más, deja en posición más que difícil a la dirigencia estatal que trata de tapar el sol con un dedo y lleva a cabo una campaña de reafiliación, sin dar a conocer a cuántos ciudadanos están en su padrón, pero como no sólo los que están empadronados votan, hay que hacer un superficial recorrido por las cifras.
En la pasada elección para gobernador la alianza Va por Hidalgo que postuló a la priista Alma Carolina Viggiano Austria sumó 335 mil 531 votos, de los que alrededor de 250 mil los aportó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra los 658 mil 562 que contabilizó Julio Menchaca Salazar de los cuales Nueva Alianza Hidalgo (Panalh) aportó 82 mil y el Partido del Trabajo (PT) alrededor de 20 mil.
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En un estimado simple se considera que cada uno de los alcaldes puede con sus estructuras quitarle en promedio 8 mil votos al PRI, habrá que restarle 120 mil votos a los 250 mil y, se tendría que medir en las siguientes semanas el efecto de la renuncia de los dos senadores sin demeritar el de los ocho diputados, hay quien considera que la merma especulada puede llegar arriba de los 150 mil votos, por lo que el llamado voto duro priista rondará para 2024 en apenas cien mil votos.
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A ello se tendrá que sumar el desprestigio que cargará la marca PRI, dibuja un panorama desolador para el ex partido hegemónico, esto sin medir el efecto de las renuncias nacionales que todo indica continuarán en las siguientes semanas.
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