Se podría decir valentía, ingenio, novedad, la utilización de un airtag o rastreador, que ocupó la periodista Pamela Cerdeira, que colocó en dos productos para seguir de cerca, una bolsa de arroz y un paquete de papel higiénico, donados por ella misma en la CDMX para enviar a las personas afectadas por el temblor en Turquía hace unos meses.
Siguió unos meses, con paciencia, el rastreador desde la CDMX que esperaba viajara al otro lado del mundo. El chasco es que nunca salió de la capital del país. ¡Oh my God!
Pamela Cerdeira presentó este reportaje la semana pasada y ha provocado un gran movimiento en las redes sociales, pero también entre las autoridades de la alcaldía y hasta de la SEDENA, porque, además, Martí Batres, secretario de la CDMX mostró en un video un documento para señalar que se habían enviado a Turquía 30 toneladas de productos, lo que contravino a su dicho porque el documento decía que eran 20 toneladas aproximadamente. ¡Otro error!
Su reportaje lo tituló “Los víveres que nunca llegaron a Turquía” y en twitter ya lo escribió en turco. No tarda alguien de allá que conteste o siga el caso sobre qué fue lo que recibieron de donación enviado por México. O qué es lo que se dice que recibieron y que nunca llegó.
Pero la bolsa de arroz, aunque ya la encontró en su rastreador, en el almacén de la Secretaría de Finanzas de la CDMX, no se lo quieren entregar.
La cosa es que ayer lunes, durante la mañanera, el presidente López Obrador, dijo a las 9:10 am: “Ya se demostró que es falso” sobre la investigación de la periodista Pamela Cerdeira, quien documentó que los víveres donados a Turquía no salieron del país. Menciona que “el equipo” de Claudio X. González “lanza todo esto”. Ahora llama “cinicazos” a los medios”, publicó ayer El Universal.
El reportaje pone el dedo en la llaga en donde más duele: la solidaridad de la población mexicana, y la necesidad de los damnificados. Porque una cosa es que se recolecten donativos y otra cosa es que se entreguen en tiempo y forma a sus destinatarios.
Y duele, sí, que de lo reunido sólo se entregó una parte. ¿A dónde fue la otra? ¿A qué manos? ¿Lo vendieron? ¿Funcionarios se lo llevaron a su casa? ¿Sigue en la calle?… Y lo peor de todo, ¿cuántas veces ha ocurrido esto a lo largo de las donaciones en nuestro país?
“La solidaridad de los mexicanos nos ha emocionado y enorgullecido”, dijo Pamela en otro video. Y siguió: “Uno debe decidir a quien donar, pero no dejemos de ser quien somos porque algunas personas no hagan bien su trabajo”.
Ese es el punto ¿donar o no donar?
Y el otro: un reportaje novedoso y valiente de investigación que duele, que da coraje porque si alguien se había preguntado a dónde va lo donado, con esto se puede contestar que “quien sabe a qué manos”. Total, sólo fueron diez toneladas las que no llegaron. ¡Vaya asunto!
Lo cierto es que… Pamela Cerdeira, periodista de altos vuelos, pone el dedo en la yaga sobre la solidaridad que nos caracteriza a las y los mexicanos y la corrupción alrededor. Y que ni siquiera los turcos se hayan enterado.
Twitter@AidaSuarezCh