Es urgente que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausure de forma definitiva a la empresa Sistemas Integrales en el Manejo de Residuos Industriales (Simari), ubicada en el parque industrial de Tepeji del Río, hasta que se comprometa a invertir en equipamiento nuevo que evite la contaminación que actualmente genera la incineradora de residuos y afecta a la población.
Así lo externó Carlos Álvarez Flores, presidente de la asociación civil “México, Comunicación y Ambiente”, experto en gestión de residuos y cambio climático, quien señaló en entrevista que Simari opera en Tepeji del Río desde hace 20 años y desde entonces no ha invertido en equipamiento nuevo, por lo que el horno de incineración que tiene actualmente está demasiado viejo y contamina de forma excesiva.
De acuerdo con el experto, el funcionamiento actual del horno incinerador hace que se liberen dioxinas y furanos, que son sustancias altamente contaminantes porque causan diversos tipos de cáncer y otras afectaciones a la salud, como autismo, síndrome de déficit de atención, retaso mental, entre otras; además, en los hombres provoca una disminución de la testosterona y disminuye la producción de espermatozoides y también debilitan el sistema inmunológico.
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Según contó Álvarez Flores, Simari está incinerando todas las noches para que la gente de Tepeji no note que las partículas contaminantes están siendo liberadas al ambiente, algo que, con un buen horno, no pasaría. Estas toxinas viajan varios kilómetros a la redonda y están causando severas afectaciones a la salud de los tepejanos y de comunidades cercanas, puntualizó.
Acusó que esta situación ha sido permitida en complicidad con la Profepa delegación Hidalgo, pues según Carlos Álvarez, hay suficientes pruebas para clausurar a Simari hasta que se comprometa a invertir en mejorar sus instalaciones, pero no se hace.
El experto aclaró que no se trata de que la empresa deje de funcionar, sino de que deje de contaminar.
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Actualmente está cerrada
Carlos Álvarez explicó que desde el 2 de mayo la incineradora está clausurada de forma parcial y temporalmente; sin embargo, esta no obedece a las emisiones contaminantes, sino a las toneladas de residuos que tiene en su patio.
Estos residuos son peligrosos y no pueden estar expuestos a cielo abierto, pues con el aire son esparcidos, por lo que deben estar en un almacén cerrado, así que desde oficinas centrales de Profepa acudieron a clausurar Simari hace unos días.
En este contexto, el experto destacó que nuevamente se observa el nivel de corrupción que existe en la delegación hidalguense de dicha institución, la cual no fue capaz de clausurar totalmente.
Por eso, el ambientalista pide que se clausure de forma definitiva en tanto no se comprometa a mejorar sus instalaciones y sus procesos de incineración de residuos peligrosos, pues actualmente está dispersando partículas altamente contaminantes y peligrosas, en detrimento de la salud de las poblaciones cercanas.
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