¿Por qué se lee menos en nuestro país?

Si los libros son una ventana abierta a la imaginación, leer mejora nuestro vocabulario, potencia la cultura general, aumenta la inteligencia emocional, permite escapar de tensiones cotidianas, disminuye el estrés y de manera general impacta positivamente en la vida y desenvolvimiento ¿Por qué leemos menos?

Durante el último año, en nuestro país cayó drásticamente el número de lectores y de libros de acuerdo con la edición 2023 del Módulo de Lectura (MOLEC), del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática INEGI.

Son muchos e interesantes los datos que arroja esta encuesta cuya publicación se hace coincidir con el Día Mundial del Libro y de la cual menciono algunos.

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Tristemente los resultados insisten en la reducción continua de la población lectora en México de 18 años en adelante, los mexicanos leyeron 3.4 libros el último año, cifra que disminuyó con respecto al periodo anterior que registró 3.9 y que, por cierto, fue la más alta desde 2016. 

Los materiales de lectura que la población considerada lectora, son muy variados de acuerdo con los rangos de edad, llama poderosamente mi atención que entre los 18 y 24 años (que se encuentra dentro de la edad promedio para un universitario), la preferencia es la siguiente: al primer sitio se van las páginas de internet, foros o blogs con un 63%; seguido por los libros con un 54.2%; para las revistas alcanza el 28.1%; las historietas se ubican en el 14.8% y al fondo se fueron los periódicos con solo 11.2%.

Dicho por María Schmich, “La lectura es un ticket de descuento a todas partes”, también se revela que, la mayoría lee por entretenimiento, después por trabajo, enseguida por cultura general y al final por religión mientras que las lecturas preferidas son en este orden: literatura; libros de texto, profesión o uso universitario; autoayuda, superación personal o religioso; cultura general; y manuales, guías o recetarios; igualmente se desprende que las mujeres leen menos que los hombres.

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Hace unos días hablábamos sobre el formato del libro, con la fuente ya citada, los impresos siguen siendo los preferidos con 71.5 por ciento, seguidos de los digitales con 21% mientras que el 7.5% se inclina por ambas oportunidades.  

La gran mayoría de los lectores manifestó haber recibido estímulos para la lectura tanto en el hogar como en la escuela, dato que nos inspira a impulsar desde casa o bien en los centros escolares esta motivante tarea. 

Este proyecto estadístico inició en 2015 y tiene como objetivo generar información estadística sobre la práctica de la lectura, así como la caracterización de los materiales que se leen y cómo se realiza la lectura, para que se traduzcan en insumos que coadyuven a impulsar esta importante actividad en los tomadores de decisiones y como una referencia para la población en general.  

En ediciones anteriores de MOLEC, se destaca que los motivos más recurrentes para que el grupo estudiado opte por no leer, son la falta de tiempo, falta de interés, problemas de salud, priorización de otras actividades y falta de dinero.

A propósito, me quedo con esta máxima de Mary Montagu “No hay entretenimiento tan barato como la lectura, ni ningún placer tan duradero”.