Tlaxiaca, ambición desmedida

La inestabilidad social en San Agustín Tlaxiaca sigue creciendo por la ambición desmedida del Señor del Zapato, Arturo Belem Hernández Máximo, que desde la presidencia del ayuntamiento mueve a sus peones para abusar y utilizar el poder político para incrementar su poder económico, porque no hay obra en la que saque provecho personal, así ha pavimentado los accesos a sus propiedades y se ha apoderado de terrenos e inmuebles.

Para toda clase de fines viene utilizando al grupo de choque de Marco Antonio Tapia quien se hace llamar El Charro de Cristo, quien se desempeñó como director del Deporte Municipal la primera vez que fue alcalde Hernández Máximo y de quien cumple órdenes para invadir o intimidar a quienes se oponen a la voluntad del hombre fuerte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en esa municipalidad.

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El Charro de Cristo, cuya una de sus virtudes no es guardar silencio, asegura a sus cercanos que El Señor del Zapato, le prometió hacerlo candidato del PRI a sucederlo en la presidencia municipal, porque a este municipio no llegará la Cuarta Transformación, así Marco Antonio Tapia acumula los adversarios y enemigos de su jefe político, quien busca realmente impulsar a uno de sus sobrinos.

Marco Antonio Tapia, aseguran priistas no suma y recuerdan que traicionó al Movimiento por el Agua a cambio de una parte de la obra, concretamente del entubamiento del agua tramo Cobaeh – Tanque de Rebombeo El 15 y hoy le pagan mediante subcontratación de obra a través de Manuel Gutiérrez Jiménez constructor preferido de Hernández Máximo, por eso hace todo lo que le ordena el Señor del Zapato.

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Para quienes han sufrido de sus abusos y excesos al Charro de Cristo no le alcanza para ser candidato a presidente municipal porque ha causado tanto malestar que no tendrá el apoyo ciudadano, pero en su momento su jefe como lo ha hecho siempre no cumplirá sus promesas.