En protesta por no haber sido considerados por las autoridades municipales para la organización del festejo del Día del Tenango, que se celebró el sábado pasado en la cabecera municipal, vecinos y artesanas bordadoras del pequeño pueblo otomí de San Nicolás, cuna de los hermosos y únicos bordados que han sido plagiados por casas de moda como Pineda Covalin, Carolina Herrera, Louis Vuitton y otras, realizaron un festival alternativo.
Exigen que los tejidos ya no sean denominados “tenango”, sino “jatzi”, palabra otomí que significa “bordado”, como sus creadoras los llamaron cuando, en 1960, inventaron los primeros diseños.
Sin contar con apoyo económico ni difusión de las autoridades de ningún orden de gobierno, sino con sus aportaciones y gran entusiasmo, los pobladores de San Nicolás (Nzesni, según la variante de la lengua ñañú que se habla en el lugar) realizaron exposiciones, actividades gastronómicas, culturales y artísticas en el centro de la localidad.
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“Llegó un oficio de la presidencia municipal de Tenango de Doria en el que se pedía al delegado auxiliar que informará a la gente que quienes quisieran participar en el festival del Día del Tenango, que se está haciendo ahorita (8 de abril), lo podía hacer”, lo cual causó molestia entre los pobladores, dijo en entrevista para La Jornada Jesica Lizeth Felipe José, secretaria propietaria de la delegación auxiliar de San Nicolás.
“Los rechazamos, porque queríamos que nos invitaran a la organización del festival y que se hiciera en San Nicolás, cuna del bordado, no que sólo fuéramos de asistentes”, agregó.
Relató que por esa razón, bordadoras y artesanos de San Nicolás, determinaron en asamblea no asistir al encuentro organizado por el gobierno municipal “para que no fuéramos utilizados”.
Aseguró que por segundo año consecutivo realizan el festival alternativo en contraposición al de la alcaldía, y añadió que su fin es “que respeten el origen de los bordados, que es San Nicolás, porque los que están en la cabecera municipal de Tenango de Doria se están apropiando de nuestra cultura y no nos han dado el lugar que merecemos”.
Ante la ausencia de los artesanos y bordadoras de San Nicolás en el festival de Tenango de Doria, encabezada por el alcalde morenista Érick Mendoza, al que asistieron como invitados diputados locales y federales, así como funcionarios estatales, Jessica Lizeth Felipe José aseguró que los puestos que se colocaron en la cabecera municipal “fueron ocupados por revendedores o coyotes. Hay personas que trajeron sus telas a San Nicolás para que les trazaran los diseños y luego las llevaron a otras partes para que las tejieran con máquinas y les saliera muy barato, y luego venderlas a precios altos”, aún más que las bordadas a mano, agregó. Otras piezas que venden los coyotes son hechas en computadora, aseveró.
Por lo pronto, para evitar lo que llamó “apropiación cultural”, dijo que los pobladores de San Nicolás buscan la forma de reclamar por la vía jurídica que ya no se use “tenango”, sino “jatzi” para identificar los bordados.
Glafira Candelario José, hija de Josefina Tavera, considerada una de las pioneras en la creación de los jatzis, y quien aprendió el oficio de su madre en 1966, cuando tenía cinco años, confirmó que tanto ella como el resto de artesanas y artesanos del poblado decidieron participar en el festival alternativo.
Tras mostrar algunos de sus bellos manteles bordados a mano, doña Glafira lamentó que la gente que vive en la cabecera de Tenango de Doria “se aprovecha de nosotros porque hablan español y nosotros otomí”, y opinó que se han apropiado y explotado los jatzis, al grado de que les quitaron su nombre original.
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Eucelia José Simón, maestra retirada, dijo que más de 90 por ciento de los pobladores aprenden a bordar entre los cinco y ocho años, por lo que “estamos muy molestos con Tenango de Doria” por haber hecho el festival sin tomar en cuenta a la gente del poblado y permitir que los coyotes vendan sus productos falsos.
Llamó al gobernador Julio Menchaca Salazar y a sus colaboradores, así como al presidente municipal de Tenango de Doria, para que ayuden a las bordadoras de San Nicolás a colocar los jatzis originales en centros de venta.
Aseveró que la producción de bordados piratas quita mercado a las artesanas descendientes de las creadoras de los jatzis, porque son más baratos que los originales.
Durante el festival alternativo se montó una exposición fotográfica con retratos de las legendarias artesanas, pioneras en el arte de crear los jatzis, así como una muestra de mantas, tenis, gorras y prendas con dibujos trazados y bordados a mano por Glafira Candelario José, su hermana Reina y por otras artesanas, que colocaron junto a sus obras dos cartulinas, que decían: “No a la apropiación de los pueblos originarios” y “Somos la cuna del bordado jatzi”.
Sin apoyo de autoridades, desde hace más de un año las bordadoras elaboran un jatzi de cinco por cinco metros para colocarlo en la fachada de la nueva delegación del poblado terminada hace unos meses.
Por: Juan Ricardo Montoya / La Jornada
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