Este martes despertamos con la noticia de que 39 migrantes murieron en la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez.
Los motivos que originaron este terrible hecho no son más que el repudio hacia las personas que migran. Está documentado que más que estaciones migratorias son centros de detención, que carecen de condiciones mínimas que aseguren la integridad, la salud y la dignidad de las personas. Hay quienes incluso mencionan que son centros de tortura, suscribo está afirmación.
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Quisiera decir que es un hecho aislado, que solo sucedió está vez en Juárez pero sabemos que no es así. Hemos leído titulares atroces donde personas migrantes mueren o desaparecen en el camino a buscar mejores condiciones de vida.
Estos hechos evidencian que la política migratoria mexicana es un fracaso, que ignora a las personas y está poniendo al centro intereses económicos y políticos que solo han traído dolor y tragedias.
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Este hecho nos llama como sociedad a exigir a los tomadores de decisión para cambiar la política migratoria, empezando por eliminar las estaciones migratorias.
Lo mínimo que le corresponde al gobierno hacer es iniciar las investigaciones y reparar el daño a las víctimas y sus familias.
Hasta que el mundo entero sea nuestro refugio, un lugar seguro.
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