El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó la renuncia de Lázaro Cárdenas Batel a la Coordinación de Asesores de la Presidencia de la República, aunque lo destapó como uno más de los posibles relevos de la cuarta transformación al proceso electoral de 2024.
Al ser interrogado que había trascendido la separación del nieto del general Lázaro Cárdenas del Río de su equipo, el mandatario descartó que haya sido por algún desacuerdo, y aclaró que se da porque tomará el cargo como secretario permanente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
“Lázaro de primera, profesional, con principios, muy definido políticamente, entonces aprovecho para aclarar eso”.
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—¿Su salida no tiene que ver con aspiración política en la CDMX? -se le cuestionó al presidente.
— No, pero eso no hay que descartarlo porque él va a seguir haciendo política, es parte de los que van a sustituirnos, lo que yo hablo del relevo generacional. Por eso esto contento, por eso nada más entrego la banda y a Palenque.
Sin embargo, aunque la pregunta se dirigía a las posibilidades de Cárdenas Batel a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, López Obrador lo puso a nivel de las llamadas corcholatas presidenciales.
“Vamos hacia adelante, y Lázaro tiene posibilidades y todo. Marcelo Ebrard tiene posibilidad; tiene posibilidad Claudia Sheinbaum; miren, quien tiene posibilidad uno que tengo aquí cerca (Adán Augusto López, presente en la mañanera)… ¿Monreal? -se le interrumpió—. También –continuó– todos, todos, yo creo que hay muy buenos dirigentes, sería lamentable, preocupante que se termine mi ciclo y que no hubiese sustitutos, pero hay muy buenos, mejores, van a salir mejores”.
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El mandatario insistió en que gracias a ese relevo generacional se podrá ir tranquilo a su retiro. “A leer y a escribir, y a hablar con los árboles y las guacamayas o los pájaros, y no volver a hablar de política ni estar queriendo dar consejos. No soy cacique ni líder moral, ya cumplí, bueno, para entonces ya habré terminado mi ciclo y estoy contento porque hay relevo generacional. El movimiento va hacia adelante y nadie es insustituible, y no hay que caer en el necesariato. Además no hay que tenerle mucho apego ni al poder ni al dinero y entender que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.
Al referirse al nuevo encargo de Cárdenas Batel en la Celac, el presidente aclaró: “Nos plantearon esto porque Lázaro tiene consenso en la mayoría de los gobiernos de la Celac, desde luego una muy buena relación con nosotros, pero también con Lula, son amigos, con el ingeniero Cárdenas, Lula (presidente de Brasil); Alberto Fernández (presidente de Argentina), (Gustavo) Petro de Colombia, la señora Xiomara (Castro, presidenta de Honduras), Miguel Díaz-Canel (presidente de Cuba), bueno, la esposa de Lázaro es de Cuba. En fin, a eso se va a dedicar”.
El jefe del Ejecutivo aprovechó para remarcar que tiene una buena relación y mucho respeto por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano –padre de Lázaro e hijo del general—, en primera porque admira al general y en segundo lugar porque el ingeniero fue uno de los precursores del movimiento por la democracia. “Yo me adherí al movimiento por el ingeniero Cárdenas”.
Con información de Emir Olivares y Arturo Sánchez/La Jornada