Fue el pasado 17 de febrero que el cineasta oriundo de Tulancingo, Armando Arenas, dirigió al actor Ignacio López Tarso, en su domicilio en la Ciudad de México, para interpretar el personaje principal del cortometraje “Curandero”, obra que se encuentra en preproducción y que tendrá como locación el municipio de Acaxochitlán.
“No podría asegurarlo que fue el último proyecto que realizó, podría ser porque fue hace tres semanas que grabamos con él, cabe la posibilidad, por el tiempo es lo más probable. Yo lo dirijo, lo escribí, lo coproduzco junto con el cineasta poblano Pablo Salazar”, señaló el director cinematográfico de 27 años, en entrevista a La Jornada Hidalgo.
Conmocionado por la muerte del actor, Armando Arenas expresó que dirigir al intérprete de Marcario significó un regalo, pues se trataba de la persona que desde niño admiraba y que lo llevó a escribir hace cinco años una historia a la que podía dar vida Ignacio López Tarso.
“Este personaje lo había escrito para el maestro Ignacio López Tarso, trataba de imaginarme a alguien más, pero no podía sacarme otra interpretación de la cabeza”, agregó el cineasta.
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El teléfono sonó, era Ignacio López Tarso
Aunque en un principio Arenas pensó que probablemente sería imposible que el reconocido actor de cine, televisión y teatro, aceptara el personaje en “Curandero”, hace dos años el teléfono sonó, era Ignacio López Tarso.
“Me dijo que le había gustado la historia, pero la pandemia no nos dejó continuar. Volví a ponerme de acuerdo con el maestro López Tarso, dijo que quería hacerla”, recordó el cineasta.
“Sentí frío en el cuerpo, no puedes creer lo que acaba de pasar. Sobre todo, hablando de la gran admiración por López Tarso, que tu actor favorito te diga que quiere hacer el personaje”.
Comienza el rodaje de Curandero
“La voz, la interpretación que yo tanto deseaba, que había soñado cuando escribí el guion se hacía realidad. El cortometraje comenzaba con la participación del maestro López Tarso, y ese era un mega comienzo”.
“El muy amable nos abrió las puertas de su casa, a mí, a mi equipo de producción. Le llevamos una canasta de dulces típicos, una cuelga de Acaxochitlán, una taza de Tenango de Doria”, contó Arenas.
Frente al primer actor, -que trabajó con directores como Luis Buñuel, Ismael Rodríguez, Roberto Gavaldón- se encontraba el joven cineasta, quien confesó sentía nervios, pero pasaron, dijo, porque a Ignacio López Tarso le gustaba hablar, contar varias anécdotas.
“En la primera llamada él me decía Don Armando, yo decía ‘si me viera, diría este niño qué’, y no se sintió eso, me dijo de unas últimas anotaciones, comenzamos a ensayar, el maestro no dejó que me sintiera intimidado, él era el Curandero, él era el personaje”.
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De espectador a dirigir a su actor favorito
“El Hombre de papel”, estelarizada por Ignacio López Tarso en 1963, en la que interpreta a un pepenador mudo, fue la película que marcó a los seis años la vida de un niño que veinte años después dirigió al histrión.
“La vi con mis papás, dentro de la mentalidad de un niño de seis años decidí no volver a verla, porque me había generado un sentimiento como ninguna otra. Después de la primera llamada del maestro López Tarso, me decidí a volver a verla”, relató.
“Le comenté (a Ignacio López Tarso) que cuando entré a la carrera de cine en la Universidad de Puebla, en el complejo cultural lo primero que vi fue un espectacular de una obra de teatro con Ignacio López Tarso y el Loco Valdez, que se llamaba Aeroplanos, lo primero que hice fue comprar un boleto porque yo tenía la ilusión de verlo sobre un escenario. Por ahí debo tener todavía el boleto, lo guardé”.
“Curandero”, dedicado a López Tarso
Armando Arenas explicó que Curandero habla de la muerte, de dejar ir, del duelo. “El arte es una forma de filtrar todas esas heridas, y Curandero es eso, tal vez la forma en que me despida de seres queridos que todavía siento como esa pena”.
“Curandero es mi primer trabajo grande, por así decirlo. El maestro López Tarso me dio un regalo enorme, su interpretación, ahora me toca a mí, sí fue escrito pensando en él, ahora más que nunca está dedicado a él”.
“Quizá estuve con él una tarde, en persona, pero llevo 20 años admirándolo. Teníamos un actor de 98 años en activo, la forma en que lo hacía era tan profesional y meticuloso. Estoy agradecido por el regalo que me otorgó de protagonizar Curandero”.
Momento, que describe con la frase grabada por Ignacio López Tarso en Curandero y la favorita de Armando Arenas: “La vida no se compra, es un regalo y por más que se cuide, se acaba”.
López Tarso le deseó mucho éxito al cortometraje y al joven cineasta como persona. “Me regaló uno de sus libros que escribió su hija. Una persona maravillosa, tan lúcida, te mencionaba fechas. Recordaba la fecha en que falleció su maestro de teatro”.
“Me escribe una dedicatoria: “el curandero agradece a Armando Arenas lo que es y será” lo escribió y dijo en voz alta, mis ojos se llenaron de lágrimas”, recordó el director de cine.
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