8M: ¿Por qué marchamos?

Marchar es un acto de protesta, de acompañamiento y de catarsis. Ahí en las calles nos hemos encontrado bailando, riendo, llorando y gritando.

Marchar tiene sentido ante los distintos escenarios de violencia y discriminación que vivimos, observamos, normalizamos y a veces, realizamos todos los días.

De alguna forma dejamos de sentirnos desamparadas en un mundo que sigue girando bajo lógicas necropolíticas.

¿Por qué marchamos?

A algunas personas les podría parecer ocioso este recuento, pero no lo es. No lo es porque la sociedad aún está rota.

Marchamos porque exigimos que el delito de aborto desaparezca de los Códigos Penales y solo sea regulado por las leyes de salud. Porque, aunque en Hidalgo es un derecho hasta la semana 12.6 de gestación, el acceso esta obstaculizado y después de estas semanas se continúa criminalizando.

Te recomendamos: Rumbo al 8M: reflexiones y críticas

Porque los índices de violencia en los hogares en Hidalgo de 2021 a 2022 incrementaron en un 13.1% más. En 2022 hubo 18 feminicidios, que no solo representan ausencias, sino familias que esperan justicia y reparación.

Porque si eres una familia de mujeres lesbianas o bisexuales aun necesitas de promover un juicio para que tus hijes lleven los apellidos de ambas.

Porque caminar en la calle, ir en el transporte público, en un taxi, aun es inseguro para nosotras.

Porque no hay un compromiso para crear una red nacional de cuidados, para erradicar la violencia obstétrica y la mortalidad materna.

Porque las brechas educativas y de acceso a trabajos aún están estancadas.

Porque el hogar, el trabajo y las escuelas son semilleros de violencia.

Puedes leer: Lore Tinoco

Porque en las cárceles hay muchas mujeres privadas de su libertad injustamente, que esperan respuestas y que afrontan formas extremas de violencia institucional.

Porque hay miles de desaparecidas y centenares de mujeres buscando a sus familias.

Porque ser una adulta mayor en una sociedad que no reconoce el trabajo de cuidados, significa olvido.

Porque no se reconoce como mujeres a las mujeres trans, adolescentes trans y niñas trans.

Porque el seguro de trabajadoras del hogar se convierta en una opción real para las mujeres que se dedican a esto.

Porque necesitamos que se reconozca a las trabajadoras sexuales.

Porque no vamos a permitir que los discursos de odio y anti derechos sigan avanzando.

Porque las ciudades no están construidas pensando también en nosotras, pero menos en las mujeres y personas con discapacidad.

Porque necesitamos que el estado nos ofrezca otras vías de justicia lejos del punitivismo.

Porque buscar justicia ante cualquier forma de violencia sexual va acompañado la revictimización por parte del aparato de justicia.

Porque a pesar de que en 2007 se promulgo la Ley de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en Hidalgo, podemos ver que las políticas públicas no han servido para que las autoridades se hagan responsables con la parte que les toca para bajar la violencia.

Necesitamos tomar las calles en toda su amplitud. Caminar a lado de otras que sienten de forma similar la decepción, el hartazgo, la rabia, pero también la alegría de sabernos vivas, libres y autónomas.