Causa justa

Este próximo martes 21 de febrero se cumple el primer año de la despenalización del aborto hasta la semana 24 en Colombia, una gran celebración e inspiración para la defensa del acceso al aborto en Abya Yala por lo que está organizando una gran fiesta en ese país conmemorando esta histórica sentencia de la Corte, el cual ha sido un trabajo articulado de más de 100 organizaciones y 130 activistas que ha permitido uno de los avances más importantes en toda la región.

Pero así como vamos avanzando, vemos también países donde la criminalización de la protesta y las activistas están siendo llevadas a los extremos como es el caso de Nicaragua que el pasado 9 de febrero de acuerdo con la organización civil Amnistía Internacional fueron deportadas, en un hecho inédito además despojadas de su nacionalidad y expulsadas del país, entre ellos personalidades tan connotadas como los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli,  la escritora y feminista Sofía Montenegro; la activista Azahalea Solís; el obispo Silvio Báez, una de las voces más críticas de la Iglesia, y la activista Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CIDH). 

Mi pecho no es bodega. Nunca pensé decir que había peor secretario de Gobierno en Hidalgo que Simón Vargas, pero sí ha llegado otro que además de no tener mínima idea de los derechos humanos, de ignorante del trabajo de las organizaciones civiles ya que muchas de ellas apoyaron a las aspiraciones del actual gobernador, mucho antes que se vislumbrara que podría haber ese futuro. Un secretario ignorante del programa de aborto, de la causa de las mujeres y con una patanería digna del priista que siempre ha sido y será aunque ahora se diga morenista.

El Instituto Hidalguense de las Mujeres está cumpliendo 21 años y está pasando una crisis muy grave con la actual titular que a escasos meses ha tenido diversas situaciones con activistas y organizaciones de las cuales además para llegar a la campaña utilizó para estar en la misma, que en las mismas redes sociales las mujeres campesinas le han tenido que enmendar la plana por su ignorancia en la explotación que viven las mujeres y de otros casos que no ha sabido su equipo también ignorante que no ha sabido atender, como se lo dije en su oficina: en atender la violencia contra las mujeres no hay aprendizaje cero y mucho menos de alguien que se supone que sabía cómo debía hacerse. Lo suyo es la selfie y no la política pública.