Ciudad de México. Todavía no arranca el Guardianes 2021 y los regios llevan ventaja. Tigres se refuerza y planifica con singular alegría su ida al Mundial de Clubes, y aún vibra el tablero tras el golpe en la mesa que dio Monterrey al contratar a Javier Aguirre.
En cambio, América y Cruz Azul están acéfalos, no hallan cómo hacer contrapeso a la maniobra de los Rayados y, a contrarreloj, alistan los anuncios de sus nuevos técnicos.
Pasado el aturdimiento que causó el primer torneo de la pandemia, el norte reacciona primero y parece adaptarse mejor hacia la nueva normalidad, a planificar con la idea de seguir conviviendo con el virus y aun así recuperar protagonismo. Saben que quedaron a deber, aunque los Tigres de Ricardo Ferretti se lavaron la cara y de paso salvaron el honor de la Liga Mx al vencer a Los Ángeles FC para ir ¡en el cuarto intento! al llamado Mundialito.
En América, la cuerda se reventó por lo más delgado. Miguel Herrera fue el último en comprender que había hecho un papelón en la liguilla, que en lo deportivo fracasó por partida doble. El horno no estaba para bollos, y aun así, el Piojo –que ya planificaba el siguiente certamen casero– explotó en uno más de sus ostentosos desplantes, ahora en un torneo internacional.
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Lo hizo ante una liga por la que suspiran todos los directivos mexicanos; si con alguien quieren quedar bien en estos momentos es frente a la MLS. Mucho se dijo que Herrera le iba como anillo al dedo al América; el Piojo lo creyó y hasta aseguró que anhelaba ser el Alex Ferguson de las Águilas. El romance acabó abruptamente y lo echaron por la puerta de atrás con carta de mala conducta incluida.
Fue el escándalo de la semana y dio pie al hashtag “¡Fuera Baños!” que retumbó en las redes sociales. La gente sabe que la responsabilidad del fracaso fue compartida y el directivo Santiago Baños quizá se salvó de la guillotina, pero el duro juicio de la afición lo alcanzó por las rutas cibernéticas. Ahora se afana en buscar, con precisión quirúrgica, un estratega más o menos a la medida… luego un defensa y demás refuerzos.
La Máquina también quiere un técnico; dispuso de una semana más para conseguirlo, pero la abundancia de recursos de la anterior gestión llegó a su fin. Acabaron los tiempos en que todos aterrizaban en el paraíso celeste a ganar mucho dinero sin mayor compromiso. Dante Siboldi renunció al timón cementero y, junto con Guillermo Vázquez, es fuerte candidato a llegar a las Águilas.
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Los otros dos equipos considerados grandes junto con América y Cruz Azul son Chivas y Pumas, ambos tienen resuelto el banquillo, su padecer es la plantilla. El Rebaño cifra sus esperanzas en Víctor Vucetich, el Rey Midas está llamado a convertir en oro a los chicos más avanzados del Tapatío y amarrar uno que otro refuerzo; los auriazules igual esperan magia pura de Andrés Lillini.
Pumas se desmantela fuera de toda lógica. Se desprendieron del paraguayo Carlos González, quien pasó a Tigres, pero quizá más doloroso haya sido ceder a préstamo a su capitán Andrés Iniestra, y devolver a Chivas a Alejandro Mayorga. Más vale que tenga un as bajo la manga, porque Lillini se puso el listón muy alto y después de un subcampeonato, la afición sólo puede esperar el título.
Los equipos citados son los obligados a tener un rol protagónico en el Guardianes 2021, sumados a los de Grupo Pachuca con el monarca León por delante –se espera la pronta recuperación del técnico Ignacio Ambriz, afectado por el coronavirus– en busca de otro bicampeonato. El resto aspira a sobrevivir aguardando tiempos mejores. Cualquier otro que destaque será una real sorpresa.
Las ligas europeas roban cámara. El despido de técnicos se redujo al mínimo en contrasentido de lo que ocurre en México. Lo bueno es que el modelo a seguir no son ellas, sino Estados Unidos, que no tiene descenso y al menos en ese rubro ya están parejos. El tema del año promete ser Lionel Messi, cuyo contrato con el Barcelona termina el 10 de junio y por cuyos oídos empieza a silbar el cántico de las sirenas.
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