A cinco días de renovarse la mesa directiva de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Hidalgo, el grupo que tiene como títere al presidente saliente Octavio Solís Cerón quiere mantener el control llevando a la dirigencia a Juan Carlos Nava Rubio, para seguir manipulando la asignación de obra pública, coaccionando el voto de los afiliados para impedir el triunfo de Mario Edmundo Bautista López.
A través del Instituto Hidalguense de la Infraestructura Educativa (Inhife), que dirige Félix Adrián Brambila Mendoza, cuyo antecesor Enrique Azpeitia Medina también sirvió a los intereses del exsecretario José Meneses Arrieta y del constructor consentido del pasado gobierno Antonio Díaz Zenteno, ofertan obra a cambio de votos para Nava Rubio y de no aceptar los amenazan con ser “castigados” todo el sexenio.
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La misma vieja práctica, no obstante la orden del jefe del Ejecutivo a sus secretarios de Obras Públicas, Alejandro Sánchez García, y de Desarrollo Económico, Carlos Henkel Escorza, de no intervenir para dejar el piso parejo en la renovación de dirigencias de las cámaras empresariales, como lo hizo en la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Sección XX del Sindicato de Salud.
Ninguno de ellos ha “metido la mano”, no así Brambila Mendoza en clara alianza con Antonio Díaz Zenteno quien tejió una red de tráfico de influencias y ordenaba a quien se le daba obra e incluso se dio el lujo de subcontratar las asignaciones directas de obra del Inhife que a pesar de las denuncias no fue investigado, porque tener el control de la CMIC es ser el “negociador” y “beneficiario” de la obra pública, que no es cualquier cosa, anteponiendo sus intereses a las órdenes del Ejecutivo.