¿Cómo se atreven las autoridades a hablar, firmar y celebrar compromisos en materia de violencia de género y luego continuar perpetuando la impunidad ante situaciones específicas.
El sábado pasado, a través de redes sociales, pudimos leer a Elena Ríos compartiendo la dolorosa e indignante audiencia donde determinaron que su agresor Juan Antonio Vera, enfrente el proceso en prisión domiciliaria.
En septiembre de 2019 Elena fue atacada con ácido. Desde entonces ha luchado incansablemente por recuperar su salud y buscar justicia.
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A Vera lo han protegido sus conexiones políticas. Se dio a la fuga por mucho tiempo y ahora que se encuentran en el proceso, el juez Teodulo Pacheco decidió cambiar su médica cautelar para que pueda llevar el proceso en libertad, con brazalete.
Pacheco ignoró el peligro inminente que representa para Elena Ríos que Verá este en libertad, que estuvo prófugo, que tiene el suficiente poder, recursos y conexiones para, de nuevo, evadir a la justicia.
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¿Dónde está el compromiso con las víctimas?
Genera muchísima rabia que quienes deciden seguir los caminos que el estado ha puesto para buscar justicia, seguridad, se les revictimice y exponga de tal forma que vuelven a estar en el ojo del huracán.