Cada inicio de año nos trae una serie de propósitos para cumplir o de metas que realizar, pero también me parece importante aprovechar las tendencias de las redes para hablar de temas que son importantes, la economía feminista y recordar que hay mujeres que facturan y mujeres que no.
- Por ejemplo, mujeres que deben facturar como parte de la deuda histórica son las trabajadoras del hogar, recordar (nos) que desde noviembre pasado es obligatorio afiliarlas en el Instituto Mexicano del Seguro Social, este proceso se puede hacer en el portal y desde ahí calcular cuánto debes pagar, de no hacerlo abra multas que van desde mil hasta los 33 mil pesos.
- Entre las mujeres que no facturan son aquellas que tiene un trabajo informal y que realizan el trabajo de cuidados, que de acuerdo a la organización civil OXFAM, el 42 % de las mujeres no pueden acceder a un empleo porque son las responsables del hogar.
- De las mujeres que facturamos de acuerdo a la reciente metodología que llevó a cabo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la recaudación mensual de las mujeres, es menor a la de los hombres en un 21.4%, debido a la brecha salarial y el poco acceso de las mujeres a los puestos directivos.
Sigue leyendo: Una irreverente: Dra. Sandra Peniche
Y como dice una gran economista feminista argentina: Facturar, si, tributar también pero sobre todo REDISTRIBUIR. Eso les deseo, para este 2023 brillitos, transferencias bancarias para que facturen, derechos laborales, vida digna.
Mi pecho no es bodega. Ahora resulta que hacer juegos de basquetbol con el personal es una política pública de autocuidado, hay que recordar esto de Celia Amorós: “Si conceptualizamos mal, politizamos mal”. Se tiene que tener claro quién es la sujeto de cambio del movimiento, nuestra agenda política, en qué se distingue de otras luchas sociales, y las opresiones y violencias sistémicas que vivenciamos como mujeres por sexo-género, raza y clase. Porque si no de un juego no pasa.