1.
El 28 de agosto de 1947, el Centro Cultural Fray Mocho de Buenos Aires, Argentina, fue el lugar donde Witold Gombrowicz dictó la conferencia “Contra los poetas”, en ella, el escritor polaco, afirmó: “Los poetas escriben para los poetas. Los poetas son los que rinden homenaje a su propio trabajo y todo este mundo se parece mucho a cualquier otro de los tantos y tantos mundos especializados y herméticos que dividen a la sociedad contemporánea. Los ajedrecistas consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerarquías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Mallarmé y, mutuamente, se rinden todos honores. Pero el ajedrez es un juego mientras que la poesía es algo más serio y lo que resulta simpático de los ajedrecistas, en los poetas es signo de una mezquindad imperdonable. La primera consecuencia del aislamiento social de los poetas es que en el mundo poético todo se hincha y aún los creadores mediocres llegan a adquirir dimensiones apocalípticas y, por el mismo motivo, los problemas de poca monta cobran una trascendencia que asusta. Hace tiempo hubo entre los poetas una gran polémica sobre la famosa cuestión de las asonancias y parecía que la suerte del universo dependía del hecho de si es posible rimar “espesura” y “susurran”. Es lo que sucede cuando el espíritu gremial domina al universal”. Las palabras de Gombrowicz son verdades como un templo. En ellas vive el espíritu de comprensión de la intrascendencia de los intereses personales sobre la realidad del orbe.
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2.
Desde hace por lo menos tres lustros todo el mundo está leyendo. Asistimos a la contradicción de vivir en la mayor época de lectura de los seres humanos donde el aprendizaje está estancado. Pensemos en esto, según un artículo de “Expansión”, “al tercer trimestre de 2022, en México existían 137.2 millones de líneas móviles, 6.9% más respecto al mismo lapso del año pasado. Del número total de usuarios móviles, el 94.7% cuenta con un dispositivo inteligente (o Smartphone), mientras que el 5.3% accede a teléfonos 3G, de acuerdo con datos de la consultora The Ciu”, lo que significa que el porcentaje de personas que intercambia mensajes, y, por ende, los lee, supera a la cantidad de habitantes del país.
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3.
Un buen ensayo es aguzar los sentidos en cualquier lugar, contemplar la manera en que la gente se comporta con su teléfono móvil, donde podemos observar que casi todo el tiempo están pegados a este aparato electrónico, leyendo, conversando virtualmente, jugando, etcétera. Ante este panorama ¿leer nos sigue pareciendo un acto de elegidos? No lo creo. Leer libros quizá esté ubicado en otra categorización, pero la acción no es para nada algo sorprendente. Y este es el eje de la presente perorata, vivimos en la contradicción del individualismo, pero privilegiamos los intereses gremiales en pos de conseguir el reconocimiento de los pares. Defendemos nuestros egos y la maravilla de ser únicos, pero hacemos todo lo necesario para pertenecer a un grupo. Odiamos la alienación, pero amamos el reconocimiento de ser parte de una misma tendencia.